Con el ritmo de vida que llevamos hoy en día comer cualquier cosa a cualquier hora, dejar de comer y saltarnos las comidas es casi lo normal. “Así de paso adelgazo” nos decimos convencidos; pero esto además de ser completamente incierto es uno de los hábitos más nocivos para mantener nuestro peso. Lo más efectivo es mantener un orden y un control en nuestras comidas, sin omitir ninguna y respetando los horarios.
Por: El Espectador de Caracas con información de El Carabobeño
Dejar de comer es uno de los factores que altera el metabolismo, hace que el cuerpo disminuya la secreción de insulina y libere ácidos grasos para usarlos como combustible.
Y cuando nunca se desayuna, los cambios en el metabolismo son más graves: reduce la función de la tiroides, disminuye el gasto energético pues el cuerpo guarda reservas de combustible y se elevan la adiposidad, la resistencia a insulina y los riesgos de sufrir cardiopatías.
Se recomienda merendar entre comidas, comer algo ligero a media mañana y algo más contundente en la tarde, porque es más prolongada la espera entre el almuerzo y la cena. Además ayuda a llegar saciados a las comidas y evitar la sobrealimentación que, a la larga, conduce al sobrepeso.
También debemos ser regulares en nuestros horarios de comidas, esto impedirá que el cuerpo nos pida alimentos fuera de las horas a las que está habituado.
Así que olvida eso de no comer. Al contrario, debemos repartir nuestras comidas en 5 al día, incluso 6 si somos deportistas: 3 principales (desayuno, almuerzo y cena) y 2 meriendas (a media mañana y a media tarde).