Un día como hoy, l6 de noviembre, pero del año 1953, se oyó la potente voz de Héctor Hernández Vera, diciendo: ¡La Creole Petroleúm Corporation, presenta las últimas noticias del día, recogidas y narradas para usted por EL OBSERVADOR CREOLE! Así nació toda una era que marcaría un antes y un después para el periodismo audiovisual venezolano.
Con el nacimiento de Radio Caracas Televisión a través del canal 7, hizo su aparición EL OBSERVADOR CREOLE. Se iniciaba a las ocho de la noche, mostrando la singular figura e inconfundible estilo de Francisco Amado Pernía.
Pernía, un tachirense de San Pedro del Rio, que quiso ser médico y algunas veces cantante, se inició como locutor en Colombia, dejó todo para venir a Caracas, sin imaginar que su voz y su estilo, conquistarían la radio y la naciente televisión venezolana. Tanto él como Rodríguez Pantoja venían de ser figuras en otras emisoras.
Con El Observador se trataba de repetir una experiencia exitosa, la de El Reporter Esso, un noticiero breve, también patrocinado por la Creole Petroleum Corporation y preparado por la agencia de noticias United Press International, el cual se transmitía tres veces al día vía teletipo, a través de Radio Caracas y una emisora de Maracaibo. El veterano locutor y actor Jesús Maella, hacía la voz de un pregonero para anunciar: “El Reporter Esso,,,el reporter esso…el reporter esso…el primero con las últimas”.
Desde sus inicios, El Observador acaparó la atención pública. Ocho en punto de la noche significaba la salida al aire del noticiero que se convertiría en el primer informativo de Venezuela y en una auténtica escuela de periodismo audiovisual.
Entre los primeros productores se encuentran Serafín Montero, Eloy Enrique Porras y José Naranjo Goncao. Recuerdo que fui designado como redactor-jefe de noticieros, justo cuando Naranjo Goncao se retira de Telefilms y Radio Caracas Tv. Podría decirse que allí comienza una nueva etapa de lo que hasta entonces era un departamento de prensa, al incorporar periodistas para reforzar el cuerpo de reporteros y redactores, mientras a Telefilms llegaba un nuevo gerente, el norteamericano Olíver Caín.
Entre guerrillas, clandestinidad e invasiones frustradas
En 1957, comenzaba un año de gran inquietud política y clandestinidad. Decenas de trabajadores de lo que hasta entonces era el Circuito Coraven (Radio Caracas radio, Ondas Populares y Radio Caracas Televisión), además de Telefilms, comprometidos en la lucha contra la dictadura pérezjimenista, observábamos como los agentes de la Seguridad Nacional penetraban por todos los estudios y rincones de las emisoras. Y en muchas oportunidades debíamos escapar por la parte posterior del edificio Radio Centro que se comunicaba con Quinta Crespo. Fueron momentos realmente difíciles para quienes teníamos el compromiso de llevar la información a los venezolanos.
No menos turbulento fue el período del presidente Betancourt. Intentos como el Carupanazo, el Porteñazo, las frustradas invasiones, las guerrillas, la voladura del tren de El Encanto, el atentado contra su vida. Todo ya reseñado por los historiadores. Diría yo ahora, que sólo quedaba entre nuestras paredes y en los grandes líderes políticos, el papel desempeñado por las emisoras de Bárcenas, informando en forma verás, con equilibrio, para el mantenimiento de la naciente democracia.
Fin de una era
El año 1966, habría de ser el cierre de una etapa: mi separación del equipo, tras casi una década de intensa actividad periodística, en la que comencé como redactor, luego jefe de información, redactor-jefe y finalmente Director del Servicio de Noticias, teniendo como eje El Observador Creole, en RCTV; El Reporter Esso, en Radio Caracas Radio, y los boletines informativos de Ondas Populares.
En el curso de los años, Radio Caracas TV y Creole, terminaron sus relaciones; la petrolera firmó con CVTV y El Observador Creole, con Amado Pernía y Carlos Quintana Negrón, aparecieron en el canal 8, que para entonces tenía al periodista Omar Pérez y otro equipo en su Departamento de Prensa con Illeny Rodríguez y Rafael Ricardo Suárez como redactores principales.
Finalmente, el 31 de diciembre de 1973, tras veinte años en pantalla y con un largo historial periodístico, terminó El Observador Creole. El presidente de la Creole, Robert N. Dolph, hizo un reconocimiento a quienes estuvimos al frente del noticiero que, como dijo en esa oportunidad, fue un programa que cumplió toda una historia de servicio al público.
Como diría Oscar Yánez, ¡así son las cosas!