22 de noviembre de 2024 5:42 AM

Conoce los principales síntomas de la obesidad

La obesidad es una de las mayores epidemias del los últimos años. De acuerdo con algunos estudios, en países como Estados Unidos alcanza el 39,8 % de la población adulta y el 18,5 % de la población joven. Existen algunos malentendidos sobre qué es y cuál es el eje diferenciador con respecto al sobrepeso. Para remediar esto, hemos reunido los principales síntomas de la obesidad.

Por: El Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud

Se trata de una condición más compleja de lo que parece. Muchos la asocian con un consumo desordenado de alimentos, pero esto no siempre es así. Desórdenes genéticos, endocrinos y el uso de ciertos medicamentos pueden provocarla.

7 síntomas de la obesidad

Recientemente desde algunos medios, informes y congresos se ha catalogado a la obesidad como una enfermedad. El debate está abierto entre los investigadores, en parte por la complejidad de factores que inciden de por medio. Aunque muchos pensarían que es una condición que se puede detectar a simple vista, en la práctica existen algunos malentendidos al respecto.

En efecto, muchos pacientes obesos ignoran por completo que lo son. Dejando al margen afecciones que pueden impedir reconocerla (como la megarexia), algunas personas desconocen la diferencia entre obesidad y sobrepeso. Esto sin mencionar que la obesidad es una condición que se ha normalizado en los últimos años.

Nuestra sociedad actual es más obesa que nunca, y las proyecciones de pacientes obesos para el futuro no auguran un panorama prometedor. Es importante recordar que los accidentes cerebrovasculares, la diabetes tipo 2, la hipertensión, la artritis, ciertos tipos de cánceres y las enfermedades cardíacas, entre muchas otras cosas, son sus principales complicaciones. Te dejamos así con los síntomas de la obesidad.

1. Valores del índice de masa corporal (IMC)

El índice de masa corporal (IMC) es un cálculo matemático que tiene en cuenta el peso y la estatura de una persona para establecer categorías de peso. Fue creado por el belga Adolphe Quetelet y, en términos generales (aunque no específicos), se usa para determinar si una persona sufre de sobrepeso, obesidad o cuenta con valores saludables.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), a una persona se le diagnostica con obesidad cuando su IMC es igual o superior a 30. Esta es la medida aceptada por el organismo internacional, aunque algunos especialistas o centros de atención de diferentes regiones usan un par de puntos menos para el diagnóstico.

Para que te hagas una idea sobre los valores del IMC en relación con el peso, y siguiendo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), los siguientes datos te resultarán de interés:

  • IMC igual o inferior a 18,4: peso insuficiente o poco saludable.
  • IMC entre 18,5 y 24: peso saludable o estándar.
  • IMC entre 25 y 29: sobrepeso.
  • IMC igual o superior a 30: obesidad.

A su vez, la obesidad se suele clasificar en tres tipos:

  • IMC entre 30 y 34: obesidad tipo I.
  • IMC entre 35 y 39: obesidad tipo II.
  • IMC igual o superior a 40: obesidad tipo III (también conocida como obesidad grave u obesidad mórbida).

Ten en cuenta que el IMC es una herramienta útil para la detección casera, pero no lo es para determinar la cantidad de tejido adiposo en el cuerpo. En este sentido, puedes puntuar un IMC de 30 y no ser obeso (los fisicoculturistas, por ejemplo). En muchos países asiáticos un IMC de 27 es suficiente para diagnosticar obesidad, ya que supera por mucho el estándar de la población.

Sea como fuere, el IMC es un método rápido y efectivo para el 90 % de la población. Te dejamos con algunas calculadoras de IMC que puedes usar (ingles y español) de acuerdo con tu sistema métrico. Corrobora estos valores con un especialista para medir la cantidad de tejido adiposo real de tu organismo.

2. Acumulación excesiva de grasa corporal

La acumulación de tejido adiposo es uno de los principales síntomas de la obesidad. Además, es un signo que está a simple vista; de manera que es muy difícil de ignorar (salvo cuando hay presencia de algunos trastornos, como ya estipulamos).

Se suelen catalogar dos tipos de grasas corporales: la subcutánea y la visceral. La primera se acumula en la zona más externa, en especial en el abdomen, las cadenas y los muslos. También se conoce como grasa blanda y es más frecuente en las mujeres.

La grasa visceral, a veces conocida como grasa dura, se acumula solo en el abdomen. Se trata de una grasa interna que se ubica entre los órganos. Es más común en los hombres y se asocia con complicaciones mayores que en el caso anterior (también es más difícil de eliminar).

3. Dificultad para hacer tareas cotidianas

El exceso de grasa corporal y de peso se traduce en una dificultad para completar tareas cotidianas. Incluso, en caso del tipo II y del tipo III, puede derivar en una incapacidad. Acciones tan comunes como subir escaleras, caminar, hacer deporte, hacer los quehaceres del hogar y demás resultan difíciles de completar.

No es solo una cuestión de rendimiento físico, sino de peso. El cuerpo tiene que hacer un mayor esfuerzo en contraste con una persona con un rango de peso normal, lo que te llevará a cansarte más rápido. Es por esto que muchos pacientes obesos optan por el sedentarismo, lo que agrava más su condición.

4. Problemas psicológicos

Los estudios y las investigaciones han encontrado una relación entre la obesidad y problemas psicológicos como la depresión y la ansiedad. Los pacientes también pueden desarrollar fobia social, baja autoestima, trastornos de la alimentación y demás. Puede ocurrir tanto en los niños como en los adultos.

5. Dificultad para respirar

Las personas obesas suelen desarrollar apnea obstructiva del sueño, síndrome de hipoventilación, disnea y asma. Pueden presentarse tanto en los periodos de descanso (al estar sentado o acostado) como mientras se hace algún tipo de actividad. Es uno de los síntomas clásicos de la obesidad.

6. Fatiga

Como ya hemos apuntado, el exceso de peso limita la libertad de nuestros movimientos. Dado que tenemos que emplear un mayor esfuerzo para una actividad cotidiana, experimentamos fatiga en el transcurso del día. Esto también se puede traducir como una disminución de las energías y una tendencia a querer dormir con mayor frecuencia.

7. Dolor en las articulaciones y en la espalda

El peso extra no solo se traduce en los síntomas de la obesidad anteriores, sino que también tiene un impacto directo en tus articulaciones. Esto te hará experimentar dolores de rodilla, tobillo, espalda y demás. Tu tronco medio e inferior serán los más afectados, hasta el punto de que puedes desarrollar artritis y otras condiciones similares.

Otros de los síntomas o alteraciones de la obesidad que podemos considerar recurrentes son los siguientes:

  • Infecciones en los pliegues cutáneos.
  • Exceso de sudoración.
  • Intolerancia al calor.
  • Dificultad para dormir.
  • Piel gruesa.
  • Estrías.
  • Edemas y várices.
  • Colesterol y triglicéridos altos.
  • Enfermedad del hígado graso.
  • Incontinencia urinaria.
  • Estreñimiento.
  • Reflujo gastrointestinal.
  • Ronquidos.

Al margen de esto, el IMC sigue siendo el principal indicador y al mismo tiempo síntoma de la obesidad. Si obtienes un resultado igual o superior a 30, se te catalogará como un paciente obeso. De acuerdo con las afecciones previas y tu estilo de vida, un especialista puede iniciar un programa para acercarte a los estándares de un peso saludable.

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