La piel está expuesta a un sinnúmero de agentes: el sol, la falta de hidratación, las grasas. Pero así como hay enemigos, también hay aliados. Y el ácido salicílico puede ser uno de los mejores socios de tu piel.
Por: El Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud
El ácido salicílico tiene amplios y reconocidos usos en el campo de de la estética. En tal sentido, se considera que es beneficioso en el tratamiento del acné, las manchas en la piel y como exfoliante.
Hoy en día, el ácido salicílico se encuentra como componente principal en una diversidad de productos para el cuidado dermatológico, que van desde cremas, aceites y exfoliantes hasta limpiadores faciales.
Propiedades del ácido salicílico
El ácido salicílico se puede obtener de manera natural a partir de la corteza del sauce blanco (Salix alba) o de las hojas de otras plantas, como el abedul y la gaulteria (Gaulteria procumbens). Sin embargo, desde 1860 se produce ácido salicílico sintético.
Uno de los primeros usos que se dio fue medicinal, como componente de la aspirina, por sus propiedades antipiréticas y antiinflamatorias. Por otra parte, está en la familia de los beta-hidroxiácidos (BHA), utilizado como exfoliante por sus propiedades queratolíticas.
Además, tiene propiedades antisépticas y antibacterianas, ayudando a evitar la proliferación de bacterias en la piel. Por ello se le considera en el tratamiento de verrugas, callos y otras lesiones cutáneas.
Él ácido salicílico tiene afinidad con los lípidos y es fácilmente soluble en aceite. Esto le permite penetrar mejor los poros, lo que lo hace ideal para el acné.
Ácido salicílico para el cuidado la piel
El ácido salicílico es un ingrediente clave en diversos productos para la piel, ya sean fármacos o cosméticos. En tal sentido, brinda una gran cantidad de beneficios para el tratamiento de afecciones de salud, desde acné y piel grasa hasta hongos y psoriasis.
1. Exfoliante
Una vez que se absorbe y penetra en la piel, el efecto queratolítico del ácido salicílico favorece el desprendimiento del estrato córneo, que es la capa superior o más externa.
2. Renovación celular
Al ayudar a eliminar las células muertas del estrato córneo, trabajando desde adentro hacia afuera, este ácido coadyuva en el proceso de renovación y regeneración de las células, brindando una piel de apariencia más juvenil.
3. Manchas e imperfecciones en la piel
En la medida que se renueva la piel, se eliminan también de la capa superficial las distintas marcas: manchas, lesiones, cicatrices, arrugas. De esta manera, la piel se muestra más tersa y con un tono uniforme.
4. Eliminación de grasas
Cuando las glándulas sebáceas secretan en cantidad excesiva de sustancia, la piel se torna grasa. Esto puede deberse a diversos factores, desde genéticos y hormonales hasta ambientales. Sin dejar de mencionar la alimentación.
Ahora bien, el ácido salicílico puede penetrar profundamente en la piel, por lo que contribuye a la eliminación del exceso de sebo. Ayuda a cuidar la piel mixta, así como la piel grasa.
5. Limpieza de los poros
El sebo en la piel, así como el exceso de células muertas, es lo que provoca la obstrucción de los poros. Por ende, al eliminar ambas, los poros quedan más liberados.
6. Combatir el acné
Por si fuera poco, cuando los poros están obstruidos, quedan atrapadas y se multiplican las bacterias. Particularmente las de la especie Propionibacterium acnes, lo que se traduce en acné.
Pero, si no hay células muertas ni poros obstruidos, no hay bacterias. Una ecuación muy sencilla. Por eso el ácido salicílico es una de las mejores opciones en la lucha contra el acné.
7. Previene los granos y espinillas
El efecto exfoliante positivo sobre la limpieza de los poros y filamentos sebáceos beneficia tanto a las personas que sufren de acné como a aquellas propensas al padecimiento. Dicho de otra manera, el ácido salicílico ayuda no solo a combatir, sino a prevenir el acné.
8. Resequedad de la piel
Cuando hay resequedad, incluso en los casos de queratosis pilar, el uso del ácido salicílico puede contribuir con el mejoramiento de los síntomas, humectando la piel.
9. Hongos
Los tratamientos queratolíticos tópicos con ácido salicílico al 1 % también son utilizados en las infecciones por hongos. Ejemplos son la tricomicosis nodosa (conocida como piedra negra) y pitiriasis amiantácea.
10. Psoriasis
Según estudios recientes, en la terapia tópica utilizada para el tratamiento de la psoriasis la combinación de corticoides con ácido salicílico proporciona mayores beneficios en comparación con el uso de los corticoides solos.
11. Lesiones cutáneas
Lesiones cutáneas benignas, que pueden ser tratadas con escisión, crioterapia o electrodesecación, responden al tratamiento tópico que incluye ácido salicílico o compuestos similares. Aunque esto depende del tipo de tumoración y de su ubicación.
12. Antiinflamatorio
Los resultados derivados de diversos experimentos sugieren que un derivado del ácido salicílico, como el salicilato de bornilo, tiene efecto antiinflamatorio, ya que está relacionado con la disminución de mediadores y citocinas proinflamatorias.
13. Prevención de infecciones
En estudios de laboratorio, tanto in vitro como in vivo, se encontró que el ácido salicílico puede afectar los factores de virulencia del Staphylococcus aureus. Esto podría disminuir la progresión de la infección por esa bacteria.
Recomendaciones para usar ácido salicílico en la piel
El ácido salicílico se encuentra en diversidad de productos cosméticos para la piel: lociones, cremas, gel, ungüentos, jabones, aceites, limpiadores faciales, almohadillas, tonificadores, exfoliantes y muchos más.
Es oportuno señalar que los productos exfoliantes cosméticos de venta general contienen ácido salicílico entre un 0,5 % y 2 %. También se utiliza en las exfoliaciones químicas. En este caso, las concentraciones son entre un 20 % y hasta un 30 %.
Por lo general, las exfoliaciones con ácido salicílico se consideran bastante seguras. Su mayor beneficio es que no dejan secuelas, como la hiperpigmentación.
Las recomendaciones con respecto al uso de los productos con ácido salicílico son las siguientes:
- Aplicar la cantidad recomendada, sin excederse.
- Dependiendo del producto, frotar con la yema de los dedos.
- Evitar entrar en contacto con las mucosas, principalmente la de los ojos.
- Eliminar los excesos y lavar las manos usando agua tibia.
- Evitar exponerse en exceso al sol tras la aplicación.
Recuerda que puedes usar el ácido salicílico con frecuencia, pero no a diario. En la piel grasa o mixta se puede aplicar una vez por semana, pero las secas o sensibles, cada quince días.
Efectos secundarios y contraindicaciones
Utilizar en exceso cualquier exfoliante, sea que contenga ácido salicílico o no, puede acabar resecando la piel o irritándola. Aunque su toxicidad es rara, se asocia a irritación al comenzar su uso. Asimismo, su empleo prolongado puede degenerar en resequedad de la piel.
Otros posibles efectos secundarios del ácido salicílico incluyen los siguientes:
- Escozor o comezón.
- Descamación frecuente.
- Irritación y urticaria.
Es más probable que alguno de estos efectos se experimenten si se usa ácido salicílico junto con otros productos, tales como retinoides tópicos, peróxido de benzoilo, limpiadores que contengan alcoholes o medicamentos para la piel con resorcinol y tretinoína.
Su uso no se recomienda en niños menores de 2 años ni en mujeres embarazadas o que se encuentren amamantando. Si bien las investigaciones señalan que es poco probable que el ácido salicílico se absorba a través de la leche materna, se debe evitar que entre en contacto con la piel o incluso con la boca del bebé.
Aunque los productos con ácido salicílico son de venta libre, es preferible consultar con un dermatólogo antes de comenzar a usarlos. En tal sentido, debes informarle si sufres de alergias, qué medicamentos estás tomando o si tienes alguna patología previa.
Cuidado integral de la piel, incluyendo ácido salicílico
Usado con precaución y moderación, el ácido salicílico puede ser un gran aliado para el cuidado de la piel. No obstante, también puedes contribuir a tu piel de otras maneras.
Desde fuera, los buenos hábitos para una piel saludable incluyen protegerla del sol, limpiarla y lavarla con frecuencia, pero sin excesos, y mantenerla humectada. Desde dentro, una adecuada hidratación y una buena alimentación son suficientes.