La anulación de las condenas contra Luiz Inácio Lula da Silva agitó este martes la política en un Brasil en plena pandemia y generó un conflicto en la Corte Suprema en torno a la «limpieza» de la operación Lava Jato, ahora puesta en duda.
Por: El Espectador de Caracas / EFE
La nueva situación legal del expresidente (2003-2011), liberado de condenas a prisión que sumaban 26 años, también desató un terremoto político. Porque aunque seguirá respondiendo ante la justicia, ha recuperado sus derechos y puede aspirar a la Presidencia en 2022, cuando el actual gobernante, Jair Bolsonaro, intentará renovar su mandato.