“Toda auténtica amistad empieza con fuego, madera, bebida y el reconocimiento de la lluvia o el hielo. Los que no empiezan por el final corporal de las cosas, son ya unos mojigatos y pueden llegar a ser pronto cristianos cientistas. Cada alma humana tiene en cierto sentido que interpretar para sí, la gigantesca humildad de la Encarnación. Cada hombre debe descender a la carne para encontrarse con la humanidad.” (G. K. Chesterton)
Desde que recorremos esta nueva etapa de vida, con todas sus responsabilidades y retos, hemos contado con la amable compañía de los amigos. En realidad, desde siempre hemos tenido ese buen apoyo de la amistad. También de aquellos que además de familia son cercanos amigos, como el Torito y Tia Carmencha o Martica y Carmelo. Entre otros. Pero posiblemente en los últimos años, los amigos han sido como “inesperados”. Gente que, en algún momento, podríamos considerar como lejana o indiferente. Resultaron ser amigos y compañeros cercanos y afectuosos.
Debo reconocer que la mayoría de estos “nuevos” amigos los he recibido como un regalo prestado por mi esposa. De quien realmente son amigos. Es decir, son nuevos para mi. No es posible olvidar fácilmente la cantidad de atenciones y presencias de esos compañeros permanentes. Especialmente debo mencionar a Moraima y Jorge, que se presentan con el mejor sentido de oportunidad., y sobre todo, mucho cariño. Así con plena naturalidad, un día memorable de reconocimiento o de aniversario familiar, recibimos una llamada al final de la tarde, para ir a comer cualquier cosa en el club. El detalle, la presencia, el recuerdo y la buena compañía, con constancia pueden ser calificadas como extraordinarias. El buen gusto, la elegancia y generosidad, son siempre notas especiales
Nunca he comprendido mucho como se las arregla Moraima, para enterarse de todo lo bueno que sucede en los espacios artísticos y de entretenimiento de la capital. Como buena caraqueña, se sabe mover en muchos ambientes diversos. Y así nos hace participes de los más variados eventos y espectáculos. Hemos ido del Aula Magna, al Teresa Carreño, pasando por supuesto por el Centro Cultural Chacao hasta llegar a las escaleras del Calvario. Así fuimos por ejemplo a ver la obra de ballet Gisselle. Una verdadera joya, puesta en escena. Luego, la agradable caminata con comida incluida, por la plaza de los museos cerca del parque Los Caobos.
Si se trata de un nuevo servicio de comida o cualquier producto reciente, no conviene tomar decisión sin antes escuchar la excelente investigación de mercado de la ingeniero Cova. Lo interesante es la capacidad de acertar y nunca incomodar. Pura empatía. No deja de ser un motivo para agradecer, costumbre de los bien nacidos. Además de animar para que se puedan repetir muchas veces más, estos amigables encuentros.
“La mayoría de los hombres, si son sinceros, estarán de acuerdo en que la cualidad más terrible de las mujeres, ya sea en la amistad, en el cortejo o en el matrimonio, no es el ser apasionadas, sino el no serlo.” (G. K. Chesterton)
José Antonio Gámez E.
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