Cuidar la piel de los bebés es una tarea titánica ya que es muy sensible y se debe aplicar protector solar específico para ellos. Se debe colocar en la cara, cuello y manos. La protección solar que se debe usar es mayor de 45 y coloca nuevamente cada hora, y luego de cada baño del niño.
Por: El Espectador de Caracas con información de 800Noticias
Cuidar es imprescindible
Si llevas a tu hijo a la playa o al río es necesario que lleves productos básicos para su cuidado:
– Pañales especiales para el agua.
– Trajes de baño manga larga.
– Un gorrito
– Franelas de algodón.
– Agua mineral.
– Una sombrilla.
– Protector solar superior a 45 y resistente al agua.
– Un tobito con pala.
– Medicamentos para la fiebre y el dolor.
– Alcohol, gasas y un termómetro.
Consejos
– No lo dejes desnudo porque podría contraer una infección en sus genitales.
– Evita se meta la arena en la boca.
– Asegúrate de retirar la arena de su cuerpo al bañarlo, luego usa una crema hidratante.
– Renueva el protector con frecuencia (mínimo cada dos horas).
– Vístelo con ropa clara y ligera.
– Mantenlo alejado de los rayos del sol directos.
– Trata de no entrar a la playa con tu bebé durante la 11:00 am y las 4:00 pm.
– Moja un poco su cabecita de vez en cuando para refrescarlo.
– Conserva su agua en la cava para mantenerla fresca y dale a tomar frecuentemente.
– Además de leche materna, puedes darle algunas frutas frescas como trocitos de patilla, melón o lechosa. Si ya puede comer alimentos salados, prepárale purés de verduras.
Debes prevenir dos de los mayores problemas
Insolación. Ocurre tras una exposición prolongada al sol. Sus signos más visibles son: rostro muy rojo, sudoración, náuseas, alta temperatura corporal.
Deshidratación. La falta de hidratación y protección con cremas adecuadas, puede ocasionar la pérdida de agua y sal que contiene el sudor. Produce cansancio, calambres, desmayo e irritabilidad.
Además, le impide al organismo llevar a cabo sus funciones porque ocurre una descompensación del agua corporal. Sus síntomas más comunes son: lengua y mucosas secas, pulso acelerado, ausencia de lágrimas, ojos hundidos.