La creencia más común es que los coágulos de sangre son formaciones peligrosas que obstruyen los vasos sanguíneos. Sin embargo, la realidad es que no todos los coágulos de sangre son dañinos, como por ejemplo aquellos que se pueden expulsar durante el sangrado menstrual.
Por: El Espectador de Caracas con información de ABC.es
Para ayudar a las mujeres a conocer mejor su sangrado menstrual, desde Intimina proporcionan información médica sobre las diferentes causas de la aparición de coágulos durante la regla.
¿Por qué aparecen los coágulos de sangre durante la menstruación?
En primer lugar, se necesita conocer los conceptos básicos del sangrado menstrual y por qué ocurre. El ciclo menstrual consta de dos ciclos: el ciclo ovárico y el ciclo uterino.
El ciclo ovárico es cuando un óvulo madura en el ovario y lo abandona durante la ovulación. Si el óvulo no se encuentra con el esperma y no hay implantación, se producirá un sangrado menstrual. Después de la regla se produce el ciclo uterino, en el que si no hay embarazo y la cantidad de sangre es elevada, puede acumularse y formar coágulos de sangre que se expulsan durante la menstruación.
La segunda razón por la que se producen los coágulos de sangre es que se liberan algunas citocinas (señales) que promueven la formación de coágulos de sangre para prevenir un sangrado excesivo. Y, a veces, los coágulos de sangre llegan al útero y se expulsan junto al sangrado menstrual.
Por lo tanto, no hay nada de qué preocuparse por la coagulación ocasional: es perfectamente normal cuando ocurre de vez en cuando. Sin embargo, si se experimentan coágulos con mucha frecuencia o si los coágulos son grandes, sería mejor hablar con el ginecólogo, pues podrían ser signo de una afección como por ejemplo:
Fibromas o pólipos uterinos
Los fibromas y pólipos suelen ser benignos, pero pueden bloquear la salida uterina o evitar que el útero se contraiga por completo. Podría provocar la acumulación de sangre y, por lo tanto, la formación de coágulos. Los fibromas y pólipos pueden aparecer junto a otros síntomas como dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia), hinchazón, manchas irregulares y problemas de fertilidad.
Endometriosis
La endometriosis es una afección médica en la que el revestimiento uterino crece fuera del útero. Los síntomas pueden ser graves. Es posible que se experimente dolor y calambres, o que el período sea muy abundante y, por lo tanto, se formen coágulos.
Adenomiosis
La adenomiosis es similar a la endometriosis, pero, en este caso, el revestimiento uterino crece en la pared muscular del útero. El flujo abundante es muy normal, por lo que es probable que se formen coágulos de sangre.
Cambios hormonales
Las hormonas son las que controlan el ciclo (ciclo ovárico y uterino). Si hay cambios en su nivel, puede provocar un flujo sanguíneo más denso, acumulación de sangre y formación de coágulos de sangre.
Aborto espontáneo
Muchas pérdidas de embarazos ocurren antes de que las mujeres sepan que están embarazadas y, por lo general, no presentan ningún síntoma. Si el sangrado y la coagulación repentinos comienzan en un día inusual del ciclo, en ese caso, podría ser una señal de un aborto espontáneo.
Trastornos hemorrágicos o medicamentos
Los trastornos hemorrágicos afectan la capacidad de coagulación de la sangre. Debido a eso, el flujo menstrual podría ser más pesado y la sangre podría acumularse en el útero, lo que facilita la formación de coágulos. Lo mismo ocurre con los medicamentos que se utilizan para diluir la sangre.
¿Qué hacer si se tienen coágulos de sangre?
Los coágulos de sangre menstrual suelen ser inofensivos: simplemente muestran que la sangre tiene la capacidad normal de coagularse y no debe ser motivo de preocupación. Si la coagulación es habitual o los coágulos son grandes, lo mejor es visitar al ginecólogo para que pueda realizar un estudio en profundidad y determinar las causas.
Las copas menstruales, al recoger la sangre en vez de absorberla, son una excelente opción para identificar si se están formando coágulos. Al estar fabricadas en silicona de grado médico, un material que no contiene sustancias químicas que puedan mezclarse con la sangre, permiten comprobar también el color de la sangre y adelantarse así a posibles enfermedades.