Los problemas digestivos son muy frecuentes en toda la población. Tanto la mala alimentación como el estrés, entre otros factores, pueden ser desencadenantes de este tipo de trastornos. ¿Cómo mejorar la digestión?
Por: El Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud
Si bien es importante determinar su origen para obtener un tratamiento adecuado, en general es conveniente hacer algunos ajustes en la dieta para producir una mejora significativa en poco tiempo. A continuación, detallamos algunas recomendaciones.
Probióticos para mejorar la digestión
La disbiosis intestinal o la alteración de la diversidad de la flora a menudo se asocia con los problemas de digestión. Tratar este desequilibrio a nivel de microbiota se suele traducir en una mejora de la sintomatología de este tipo de patologías.
Para ello, es aconsejable aumentar el consumo de alimentos basados en fermentaciones lácticas, como pueden ser el yogur o el kéfir. A parte, se puede valorar la suplementación con probióticos, que ofrece resultados positivos en este tipo de trastornos, tal y como afirma un estudio publicado en la revista Current Protein & Peptide Science.
Dentro de los suplementos de probióticos, la mejor opción son aquellos que incluyen pocas cepas distintas en su composición. Es necesario que cuenten con un alto número de bacterias y que estén avalados por estudios científicos que ratifiquen sus efectos.
Fibra para mejorar la digestión
La fibra es una sustancia que se encarga de mejorar el tránsito intestinal. A su vez, produce una serie de fermentaciones que estimulan el crecimiento selectivo de las bacterias que habitan en el intestino, como lo explica un artículo publicado en la revista Alimentary Pharmacology & Therapeutics.
Esta situación propicia la formación de ácidos grasos de cadena corta con propiedades antiinflamatorias, que resultan beneficiosos a la hora de tratar y prevenir varias patologías. Asimismo, incrementa la eficiencia digestiva, lo que se traduce en un menor riesgo de padecer molestias gástricas o intestinales.
Reducir el consumo de procesados
Del mismo modo que hay alimentos que mejoran los procesos digestivos, existen otros capaces de interferir en su correcto funcionamiento. Se trata, sobre todo, de los productos ultraprocesados que contienen azúcares simples y grasas trans.
Esta clase de alimentos se relacionan con el empeoramiento de la digestión y con la promoción de enfermedades complejas a mediano y largo plazo. Restringir su aparición en la dieta supone un gran avance a nivel de salud.
De hecho, se recomienda que cualquier plan de alimentación se base en el consumo de alimentos frescos, dejando a los ultraprocesados para momentos puntuales u ocasionales.
Evitar el consumo de alcohol
Además de los ultraprocesados, el alcohol consigue causar problemas a nivel digestivo. A pesar de que algunos combinados alcohólicos cuentan con el apodo de digestivos, las bebidas de esta índole se relacionan con la promoción de la acidez gástrica.
Por otra parte, este tipo de sustancias contribuyen al desarrollo de un estado de inflamación crónica e incrementan el riesgo de varias patologías. Debido a esto, la recomendación respecto al consumo de bebidas alcohólicas es siempre la restricción.
La dieta influye sobre los procesos digestivos
Los procesos digestivos se relacionan de manera directa con la clase de alimentos que ingerimos. Por este motivo, es necesario aumentar el consumo de aquellos productos con propiedades antiinflamatorias. Apostar por los alimentos frescos supone un acierto al respecto.
Además, es primordial restringir la ingesta de ultraprocesados. Los componentes de esta clase de productos inciden de forma negativa en la salud, estimulan la inflamación y elevan el riesgo de enfermedades no transmisibles.
Por otro lado, si los hábitos de alimentación no son suficientes, existe la opción de suplementar con probióticos o fibra. Ambas sustancias tienen la capacidad de mejorar la microbiota intestinal, lo que se asocia con una mejor digestión.
Por último, es necesario destacar lo importante que resulta retirar el alcohol de la dieta, ya que aumenta la inflamación y el riesgo de desarrollar enfermedades complejas y metabólicas.