Claudio Fermín: El G4 y el gobierno deben cambiar

Hay que enfrentar el bloqueo económico que desde el año 2017 ha apretado sus tenazas. Esa agresión contra Venezuela ha causado daños muy hondos. De eso está consciente todo el mundo. Para eso, en fin, fue diseñada y acordada. Forma parte de la inveterada política de potencias imperiales para sojuzgar a pueblos que consideran inferiores y ponerlos al servicio de sus destinos manifiestos de hegemonía. En nuestro caso esa conducta imperialista consiguió de aliados a políticos a cargo de una estrategia de agravamiento de la crisis para tumbar al gobierno. Coincidieron como dos piezas de rompecabezas ese sector opositor y Donald Trump, quien sin irse por las ramas asumió la injerencia, el golpe de Estado y el bloqueo económico para borrar del mapa la autonomía de acción venezolana y poner el gobierno en manos de la élite que agravaba la crisis, a la que financió, respaldó y acompañó en el montaje del bloqueo y concomitante plan de deposición del gobierno de Maduro.

Las elecciones de gobernadores de 2021, cuando las sanciones tenían ya cinco años de ruda operatividad, arrojaron triunfos para partidos políticos comprometidos hasta los tuétanos con el bloqueo, Primero Justicia en Cojedes, Un Nuevo Tiempo en el estado Zulia y Acción Democrática en Barinas. Más allá de los debates internos de esas organizaciones, como la división de liderazgos en Primero Justicia, que dio lugar a la supresión de la tarjeta original y a nuevos partidos, o de la formal división de Acción Democrática cuya tarjeta e institucionalidad están representadas por otra dirigencia distinta de la que ganó en Barinas, lo cierto es que los gobernadores Galíndez en Cojedes y Garrido en Barinas ejercen ascendencia real sobre sectores independientes y amplios espacios políticos que ellos mismos definen como de Primero Justicia y de Acción Democrática, respectivamente. El caso es que estos gobernadores han declarado en varias ocasiones, junto con Manuel Rosales, gobernador de Zulia, que el bloqueo económico debe cesar. Se trata de una valiente posición a la que debemos dar volumen y pedir, en aras del interés nacional, que sea analizada y atendida por sus compañeros de partidos del G4 que siguen apoyando el bloqueo y a diario reclaman más sanciones contra Venezuela. No estoy seguro de que ahora cuando estos líderes están contra las sanciones vayan a ser escuchados por el Departamento de Estado o por la cúpula del G4, por lo contrario, están saliéndose del redil y seguramente reciben críticas y presiones para acallar su nuevo petitorio, pero es de suprema importancia la incorporación de sus voces y liderazgos al clamor nacional en contra de esa operación que nos niega el libre comercio, impide la venta de nuestro petróleo y disminuye, casi hasta extinguirla, la capacidad de respuesta del Estado ante las demandas de los ciudadanos, desde las relativas a servicios públicos, hasta los justos reclamos de aumento salarial.

A los dirigentes de los partidos de Manuel Rosales, Sergio Garrido y Alberto Galíndez, solicitamos que los respalden en su nuevo reclamo. Ellos necesitan del cese del bloqueo para poder cumplir cabalmente con sus pueblos y sus electores. Y los dirigentes de esas organizaciones necesitan que ellos hagan buenos gobiernos para seguir presentándose con opciones de éxito en sus entidades federales y a nivel nacional. De nada sirve que por un lado esos líderes reclamen el cese del bloqueo y que sus equipos políticos sigan diciendo que lo del bloqueo es mentira, que no causa ningún daño al país, que es sólo una excusa de Maduro y del PSUV para justificar sus incumplimientos. De nada vale que esos líderes hayan dado ese valioso paso y que en las redes sociales de sus partidos continúe la campaña para presentar como de asepsia pública el bloqueo porque así se impide que el gobierno se robe los dólares que ingresen por la venta de petróleo, o que se tilde de colaboracionismo la patriótica protesta que desde siempre hemos hecho contra el bloqueo contra Venezuela. Es hora de definiciones y de asumir la verdad sin complejos.

El gobierno ha denunciado firmemente el bloqueo y sabe que eso va para largo. En el Acuerdo de México, suscrito a finales de 2022, se establecía la “progresividad” como método para desembolsar los primeros 3.000 millones de dólares, que no era otra cosa que un anuncio de pago por goteo. Habiendo transcurrido casi cuatro meses del fulano Acuerdo no se ha recuperado un solo dólar de los miles de millones robados a la Nación por el bloqueo. El gobierno debe reaccionar con una conducta administrativa que se corresponda con las carencias y limitaciones a las que el bloqueo nos condena. Urge apretarse el cinturón y atender las verdaderas prioridades: abastecimiento de agua; dotación de centros de salud; aumentos de salarios. Con disciplina presupuestaria y firmeza política pueden ofrecerse respuestas inmediatas. Bastaría con acabar con el festín de camionetotas de lujo y privilegios para cuanto jefe tiene la administración pública en alcaldías, gobernaciones y ministerios, con suprimir fundaciones que sólo albergan nóminas de activistas, con diferir hasta que se normalicen los ingresos aquellos programas que no corresponden a necesidades sentidas de la población, aunque puedan tener buena intención y ser útiles, pero si los pudiésemos financiar, no en este momento cuando cada bolívar vale una fortuna. Está muy mal el dispendio de millones de dólares en templetes y bochinches para celebrar carnavales mientras la gente pide limosna para hacerse una resonancia magnética, una mamografía, o para comprar una andadera y los remedios que les recetaron en el hospital. Con todo y bloqueo hay que actuar. Es inaplazable eliminar ese bosque excesivo de 43 ministerios y centenares de empresas y fundaciones del Estado que nada producen. Los activistas en las nóminas y los grandes jefes de esos centenares de empresas y fundaciones se pasean delante de nuestras narices como si el bloqueo no existiera, como si gastar esos reales en ellos fuese prioridad nacional.

Quienes creemos en la necesidad de un gran acuerdo nacional sabemos que en el G4 y el gobierno hay voces críticas. Estos tiempos de bloqueo y de chantaje económico contra el país son propicios para que en esos centros de poder empiecen a cambiar.

claudioefm@gmail.com

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