22 de noviembre de 2024 7:14 AM

Cinco mitos sobre nutrición que debes dejar de creer, según los expertos

¿La leche de soja puede incrementar el riesgo de desarrollar cáncer de mama? ¿Los alimentos sin grasa son más saludables que los alimentos altos en grasa? ¿Los veganos y los vegetarianos tienen deficiencia de proteínas? En la cultura occidental actual persisten algunas ideas erróneas acerca de la nutrición, que llevan repitiéndose años y años, provocando que a los expertos les piten los oídos cada vez que alguien las repite de nuevo.

Este ha sido el enfoque de un extenso y popular reportaje publicado en The New York Times por Sophie Egan, periodista y escritora especializada en comida, salud y sostenibilidad. En él entrevista «con el propósito de aclarar las cosas» a algunos de los principales especialistas en nutrición de Estados Unidos. A todos ellos, la redactora les preguntó lo mismo: ¿qué mito acerca de la nutrición que te gustaría erradicar y por qué?

La primera en contestar es Sara Bleich, directora saliente de seguridad nutricional y equidad en la salud del Departamento de Agricultura de Estados Unidos y profesora de políticas de salud pública en la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de la Universidad de Harvard. Para ella, el mito de que «las frutas y las verduras frescas siempre son más saludables que si están enlatadas, secas o congeladas» es el peor.

Según ella, las investigaciones científicas han revelado que las frutas y las verduras enlatadas, secas y congeladas pueden ser tan nutritivas como las frescas. Un estudio, de hecho, afirma que el pescado en conserva protege contra el cáncer más frecuente en España.

No obstante, Bleich especifica que algunas variantes enlatadas, secas y congeladas contienen ingredientes nocivos como azúcares añadidos, grasas saturadas y sodio, así que hay que asegurarse de leer las etiquetas de información nutricional.

El segundo mito sobre el que habla el artículo es que el de que «toda la grasa es perjudicial». Vijaya Surampudi, profesora adjunta de Medicina en el Centro para la Nutrición Humana de la Universidad de California, explica que, la mala fama de las grasas hizo que muchas personas —y fabricantes de alimentos— remplazaran las calorías de las grasas por las calorías de carbohidratos refinados como las harinas blancas y los azúcares añadidos.

«En vez de ayudar a que la población del país se conservara delgada, las tasas de sobrepeso y obesidad aumentaron de manera importante», relata. En realidad, añade Surampudi, no todas las grasas son malas. Aunque las grasas saturadas y las trans, pueden incrementar el riesgo de desarrollar cáncer, cardiopatías y derrames cerebrales, las grasas saludables —que se encuentran en el aceite de oliva, el pescado o las nueces)— ayudan a disminuir ese riesgo.

Surampudi recomienda que, cuando veamos cualquier producto que diga «sin grasa», no supongamos de manera automática que es saludable. Es mejor dar prioridad a los productos con ingredientes sencillos y no con azúcares añadidos.

Mito de la nutrición: «Caloría que se consume, caloría que se gasta»

Es cierto que tal vez subamos de peso si consumimos más calorías de las que gastamos. Pero las investigaciones no establecen que comer más provocará un aumento de peso continuo que dé como resultado que alguien se vuelva obeso o con sobrepeso. «Los causantes de estas enfermedades a largo plazo no son las calorías, sino el tipo de alimentos que consumimos», señala Dariush Mozaffarian.

El profesor de nutrición y medicina en la Escuela de Políticas y Ciencias de la Nutrición Friedman de la Universidad Tufts, pide desterrar este mito porque los ultraprocesados pueden ser especialmente perjudiciales en lo referente al aumento de peso. Por eso, pide dejar de contar calorías: es mejor consumir alimentos; calidad y no cantidad.

En el número cuatro, encontramos que no es cierto el planteamiento de que «la leche vegetal es más saludable que la de vaca». A menudo se piensa que las llamadas leches vegetales, como las que se elaboran con avena o almendra son más nutritivas. «Esto simplemente no es cierto», afirma Kathleen Merrigan, profesora de sistemas de alimentos sustentables en la Universidad Estatal de Arizona y exsubsecretaria de Agricultura de Estados Unidos.

Ella se fija en las proteínas: normalmente, la leche de vaca tiene cerca de ocho gramos por taza, mientras que la leche de almendra tiene de uno a dos gramos por taza y la leche de avena, de dos a tres. Aunque el valor nutricional de las bebidas vegetales puede variar, según Merrigan, muchas tienen más ingredientes adicionales, como sodio y azúcares añadidas, que pueden ser perjudiciales para la salud.

Por último, en el número cinco, se sitúa el mito de que «la proteína de los vegetales no es completa». De hecho, «la primera pregunta que se les hace a las personas vegetarianas es: ¿de dónde obtienes la proteína?», comenta Christopher Gardner, nutriólogo y profesor de medicina en la Universidad de Stanford.

El mito es que las verduras carecen por completo de algunos aminoácidos, pero en realidad, todos los alimentos vegetales contienen 20 aminoácidos, incluyendo nueve aminoácidos esenciales, puntualiza Gardner. La diferencia es que el porcentaje de estos aminoácidos no es tan bueno como el que contienen los alimentos de origen animal.

Con información de La Razón

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