José Antonio Gámez E: Células Madre

“Hay que volver a integrar la ciencia en el conjunto de la acción humana, del ars vivendi, y juzgar su racionalidad en ese contexto amplio. No se puede parcelar la racionalidad que consiste, precisamente, en una función integradora” (Alfredo Marcos)

El día de hoy en horas de la tarde, culmina el VI Congreso Venezolano de Células Madre, organizado por el Centro de Medicina Regenerativa Doctor Egidio Romano (CMR) del IVIC. En un esfuerzo de preparación y organización intachable, un conjunto de científicos venezolanos organiza ya, desde hace varios años, este congreso. Con el fin de dar a conocer en la comunidad nacional e internacional, los admirables adelantos que se realizan en nuestro país, en el campo de las células madre y la medicina regenerativa. Además, sin buscarlo directamente, como contraste al malsano empeño de tantos chamanes y comerciantes, que han querido hacer de las células madre su nicho de enriquecimiento. Ilícito por demás

Desde un enfoque de la medicina actual, que cada vez debe ser más científica, si quiere responder a los problemas del hombre. Al tiempo que procura ser más humana, si no desea dejar de ser medicina. Nos corresponde el día de hoy hablar sobre los principios bioéticos que deben orientar las terapias avanzadas. En el contexto que nos ocupa, mediante desarrollos con células madre. Por generosa invitación del Dr. José Cardier y su equipo, expondremos un tema del que tenemos conocimiento acumulado desde hace algunos años. La bioética de las células madre, llegó a nuestras manos como un regalo inmerecido de la Dra. Natalia López Moratalla. Verdadera alma mater. Algo con lo que siempre estaremos en deuda.

El desarrollo de la ingeniería genética y de nuevos métodos bioquímicos, nos han traído hasta la biología sintética. El tema de las células madre y sus posibles usos terapéuticos mantiene dentro de este marco, una vigencia prometedora. Estar en condiciones de poder ofrecer en la actualidad terapias avanzadas de este género en Venezuela, representa un logro que siempre cabe resaltar. Admás conviene dejar testimonio, afortunadamente de primera mano, de la calidad, integridad, rigurosidad y variedad del trabajo de CMR del IVIC. Especialmente en estos tiempos de oscuridad que vivimos, no solo por la falta de servicio eléctrico, sino por el oscurecimiento de tantas conciencias que se niegan a reconocer la evidencia. Qué lejos nos colocan de la verdad.

La posibilidad de realizar un trabajo científico, con todas las cualidades que debe tener hoy en día para ser considerado como tal. Partiendo siempre de la posibilidad de no contar con la orientación adecuada, y de que los medios disponibles son escasos. El intercambio, la apertura y la transparencia han guiado desde sus comienzos el trabajo del CMR del IVIC. Al tiempo de poner al alcance de todos, especialmente de los más necesitados, los avances que se van alcanzando con tanto esfuerzo y fiabilidad. Toda una muestra de lo que se puede hacer en Venezuela cuando cuentas con mentes bien formadas y voluntades tenaces. Acicate de nuestra esperanza.

“La racionalidad de la ciencia, la racionalidad de la acción del científico, de la comunidad científica, de las sociedades que producen ciencia y dependen de ella, no se deja evaluar si no es por su lugar en el conjunto de la vida humana, del vivir bien en general”(Alfredo Marcos)

José Antonio Gámez E.
jagamez@gmail.com
@vida.vibra

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