Carolina Jaimes Branger
Un comentario mío en Twitter, el pasado miércoles, levantó olas de indignación. ¿La razón? Mi crítica a que las infantas Elena y Cristina de España se hubieran vacunado antes que la mayoría de los españoles. Me dijeron podemita, psuvista, comunista y otra catajarria de adjetivos. Alegaron que las señoras “no le habían quitado las vacunas a ningún español porque se habían vacunado en Abu Dabi”; que no eran miembros de la “familia real” y hubo hasta quien afirmó con denuedo que “no eran infantas”…
Ni soy podemita, ni soy psuvista, mucho menos comunista (a fin de cuentas, todos son el mismo saco de gatos). Pero eso no me impide disentir de que en el siglo XXI siga existiendo la monarquía, una institución anacrónica, inútil, que va en contra de todas las declaraciones de la igualdad de los seres humanos. Yo creo en el ascenso social por méritos y trabajo. No porque alguien haya nacido en una “familia real”, que por obra y gracia de un antepasado salvaje que tomó el poder por la fuerza, hoy sus conciudadanos los siguen manteniendo con sus impuestos, pagan por sus caprichos, extravagancias y en ocasiones vicios, y encima tienen que hacerles reverencias cuando están frente a ellos. ¡No, no y no! ¡Dígame la monarquía británica! De escándalo en escándalo y los ingleses manteniéndolos.
Lo que no puedo entender es la cantidad de “monárquicos” venezolanos. Estamos realmente mal. Bolívar y todos los próceres de nuestra independencia deben estar revolcándose en sus tumbas. Que España esté mejor que nosotros hoy no se lo debe precisamente a la monarquía. El rey emérito levantó muchas simpatías cuando mandó a callar a Chávez, pero de ahí a hacer una apología de su reinado hay un largo trecho. Incluso se habla de que será enjuiciado por corrupción.
Y España pasó por un siglo XX terrible, en el que muchos españoles emigraron a Venezuela. La historia es una rueda, quienes están hoy arriba, mañana estarán abajo. Hoy en Venezuela tenemos una especie de monarquía y estamos a la cola del mundo. ¿No les decimos “infantas” a las hijas de Chávez, que seguramente ya también están vacunadas?…
Creo que las sociedades deben tener modelos que seguir. Personas de valores, con sólida educación o trayectoria de vida. Los miembros de las fulanas “casas reales” no son precisamente esos paradigmas. Las infantas de España, aun cuando no son miembros de la “familia real” (que son el rey, la reina consorte, sus dos hijas y los reyes eméritos), son hermanas del rey y siguen detentando el título de infantas de España. Solo por esa razón deberían haber sido solidarias con sus conciudadanos y no vacunarse antes que ellos. Que querían visitar a su papá no es ninguna excusa. Millones de personas están separadas de sus seres queridos. Que hayan pagado las vacunas de sus bolsillos, tampoco. Su vacunación, sigo pensando, es una falta de empatía.
Pero lo peor, repito, no son las infantas, que al fin y al cabo no son mi problema ni representan problema para Venezuela. Es la cantidad de “monárquicos” venezolanos que salieron a defenderlas. Deben ser los mismos que esperaban una invasión gringa o que siguen aspirando a “que llegue un militar con las botas bien puestas”. Yo soy republicana hasta la médula. Lo siento, pero a estas alturas ya hemos tenido suficiente con la “monarquía” chavista-madurista. Ni la de ellos, o ninguna otra. Esta es la guinda del postre de la locura. Lo que nos faltaba, pues.