22 de noviembre de 2024 8:25 AM

Carlos Silva: La metamorfosis de Alex Saab

El término “kafkiano” suele emplearse en español para describir situaciones insólitas, por lo absurdas y angustiosas. Y curiosamente viene a cuento por la pretensión del chavismo de comparar las cartas de Alex Saab con las del creador Franz Kafka, ahora que el “diplomático” parece haberse transformado en “escritor”.

Tal comparación, expuesta sin ambages en el reciente bautizo del libro Cartas de Alex Saab desde su secuestro, no deja de ser kafkiana, por lo absurda, y probablemente constituya otro suplicio para el autor checo, “el gran escritor clásico de nuestro atormentado y extraño siglo (XX)”, como lo define Borges.

Una de las más influyentes de la literatura universal, la obra de Kafka es pionera en la fusión entre elementos realistas y fantásticos. En ella también tuvieron gran impacto sus relaciones personales: Cartas a Felice, Cartas a Ottla y su conmovedora Carta al padre (Traducción José Martín Cristancho, 2ª. Ed., Santafé de Bogotá, Panamericana, 1997).

La inauguración de la Feria Internacional del Libro, en el Palacio Federal Legislativo el jueves, fue el escenario que el chavismo escogió para comparar las cartas de Kafka con las de Saab, extraditado de Cabo Verde a Estados Unidos, que lo acusa de permear su sistema financiero con dinero sucio del crimen organizado.

En el acto, Nicolás Maduro definió a Saab como “un hombre simple y sencillo”. “Por ayudar a Venezuela fue perseguido, secuestrado, torturado terriblemente en Cabo Verde, y luego lo volvieron a secuestrar en Estados Unidos y ahora lo tienen en las cárceles del imperio norteamericano, aislado de su familia”, dijo en lo que parece otro esfuerzo para que el “guerrero” que dice ser el empresario colombiano no lo traicione.

Pero Estados Unidos, que siempre se opuso a retirar la condición de fugitivo de Saab, ha dicho que tiene “un caso fuerte” contra el barranquillero, y eso deja suponer que la justicia norteamericana ha acumulado cuidadosa y laboriosamente pruebas capaces de convencer a un gran jurado.

La justicia en Cabo Verde, el pequeño archipiélago frente a la costa de África occidental, por lo demás, no se rindió a los pies de un “diplomático” de dudosas credenciales, a quien incluso decomisó objetos con los que se infligía pequeñas heridas para hacer creer que lo torturaban. Y tal vez hasta le salvó la vida de emisarios del extranjero dispuestos a cumplir la orden de la conexión criminal de callar a un testigo potencialmente muy peligroso.

Irónicamente el caso del empresario que se volvió multimillonario a la sombra de Nicolás Maduro  hace recordar La metamorfosis (1915), obra en la que Franz Kafka cuenta la historia de la transformación de Gregorio Samsa en un monstruoso insecto, y del drama familiar que ello provocó. Los allegados del testaferro ahora no lo llaman “embajador”, sencillamente porque se ha transformado en “escritor”. Pero el drama aquí es que otra historia angustiosa puede surgir de la metamorfosis de Alex Saab.

El Nacional

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