Apenas tres días antes de que se cumpliera un año después de su gran día en la abadía de Westminster, los reyes de Inglaterra Carlos y Camilla recibían el acta oficial de la ceremonia, el llamado Rollo de la Coronación. Es el primero de la historia que se hace en papel y no en pergamino -que se fabrica con piel de ternera, cabra u oveja- debido a la conocida preocupación del monarca inglés por el bienestar animal.
El acto de entrega se realizaba en el Palacio de Buckingham y el rollo en cuestión constaba de 57 páginas con unas 11.600 palabras escritas a mano. «Tiene kilómetros de largo», bromeaba el monarca, mientras su esposa añadía con humor: «No voy a intentar leerlo sin mis gafas».
Esta era una de las últimas apariciones en público de los royals antes de que se conmemorara el primer aniversario de la coronación que tuvo lugar el 6 de mayo de 2023. Para entonces, el rey Carlos ya llevaba varios meses en el trono después de la muerte de su madre, Isabel II, en septiembre del año anterior.
Tras las celebraciones en todo el país, el primer año de Carlos III como monarca coronado de Gran Bretaña comenzó con un soleado optimismo: el monarca y su esposa, rodeados de sus más fieles compañeros –los príncipes de Gales, la princesa Ana y los duques de Edimburgo– y se reunía con entusiasmo con multitudes de todo el país y promovían las grandes causas más cercanas a su corazón, como la protección del medio ambiente.
Pero luego, a principios de 2024, las sombras se cernieron sobre los Windsor, con los problemas de salud de Carlos III y los de su nuera, Kate Middleton, además del rifirrafe constante con los duques de Sussex y una reconciliación que no termina de suceder. Este el resumen de un año con más penas que alegrías para el soberano británico.
El gran susto del cáncer con buenas noticias al final
El 17 de enero, desde Buckingham se anunció que el rey Carlos estaba recibiendo tratamiento para un agrandamiento benigno de la próstata, añadiendo que sus «compromisos públicos se pospondrán durante un breve periodo de recuperación». En un insólito acto de transparencia sobre la salud de los Windsor, en aquel momento se comunicó que Carlos III quería compartir su diagnóstico para animar a los hombres que puedan estar experimentando síntomas a hacerse un chequeo.
El equipo del monarca comunicó también que el Rey sería capaz de cumplir con sus deberes durante este tiempo, y la reina Camilla visitó a su marido en varias ocasiones en la London Clinic, donde fue operado. El hospital privado del barrio londinense de Marylebone tuvo dos pacientes reales, ya que Kate Middleton se sometió allí a una «cirugía abdominal programada» el 16 de enero.
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