Luis Beltrán Guerra: Caracas ¿votando?

El 21 de noviembre la Iglesia celebra la presentación de la Virgen María, una de las escenas más representadas en el arte cristiano.

Y ese día se votará en Venezuela, por lo que recemos a María para que nos ayude a comprender:

  1. Que votar es un derecho… pero, también, un deber, por lo que si no se ejerce o cumple se ayuda al gobierno, el cual acosado por serias dificultades, tanto internas, como externas, ha decidido que lo juzguemos, ocasión que no deberíamos despreciar.
  2. Es falso que tu voto legitime al régimen, lo cual sí ocurrirá en caso de que no sufraguemos.
  3. La posibilidad del fraude, de haberla, quedaría denunciada votando.
  4. Es mejor elegir a gobernadores, alcaldes y munícipes postulados por la oposición que por el gobierno… Y si son falsos, tu oportunidad para reconocerlos es más probable,
  5. Te imaginas una masiva votación contraria a la manera como se está depauperando a la patria… aunque parezca mentira es la mejor manera para que el régimen entienda que ya ha desgobernado tanto y ha de irse.
  6. Tengamos presente las elecciones plebiscitarias en 1958 convocadas por la dictadura reinante, consultando al pueblo si Marcos Pérez Jiménez debía continuar mandando… todo arreglado para que se votara “sí” y se hizo de manera por demás ventajosa para el gobierno. El pueblo a los pocos días salió a la calle, el dictador voló en la Vaca Sagrada a República Dominicana, donde lo acogió la dictadura de los Trujillo.
  7. Asumamos, también, la experiencia de Chile… el “No” que impediría a Pinochet continuar en la presidencia ganó y la democracia, como en el caso de Venezuela, floreció con estadios de bienestar innegables.
  8. En la ciencia política estas consideraciones ponen de relieve la importancia del voto:

a) El sufragio, cualquiera que sea su modalidad o periodicidad con que se ejerza, es un derecho y un deber subjetivo y objetivo que se inserta dentro de los derechos políticos de los hombres y es el medio o instrumento apreciable cuantitativamente, que tiene el nacional de un Estado capaz de realizar actos políticos, para participar en la vida pública de su país; y

b) El sufragio permite al ciudadano titular de ese derecho, sea activo o pasivo, formar parte de la voluntad del Estado por medio del mecanismo de la producción de las normas por voluntad objetiva, es decir, mediante la participación del pueblo. «Sin sufragio no puede haber democracia, y esto es así porque la democracia es el poder del pueblo delegado, por lo que a este corresponde su debido ejercicio y protección, de la mano también con un Estado responsable». Por ende, es un elemento ineludible en la participación política; no puede ser sustituido y ha de ser universal, libre, secreto, directo e igual para todos y se debe ejercer sin coacciones ni mediación alguna (José Luis López González / Montserrat de Santiago / Universidad Autónoma de Madrid).

Por eso, “no votar es un error”. Y grave…

Manos a la obra.

Noviembre (el Mes de la Esperanza) 5 de 2021.

Comentarios, bienvenidos.

El Nacional

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