El pasado 26 de diciembre del 2023, Natalia Améstica, exmánager del cantante Tirone González, mejor conocido como Canserbero, confesó haber asesinado al rapero venezolano.
A través de un video, que fue publicado por las redes sociales de la Fiscalía de Venezuela, se escucha a Natalia contar detalladamente cómo le quitó la vida a quien fuera su representado. Un caso que por años se investigó como un presunto suicidio.
La versión de Natalia que lo cambia todo
A casi un mes de dicha confesión, Améstica, quien es hija de padres chilenos y, por consiguiente, de nacionalidad chilena, le envió una carta a sus abogados en nuestro país, Ciro Colombara y Jennifer Alfaro, en el que dio un testimonio completamente diferente al del video.
Así lo cuenta el medio La Tercera, que tuvo acceso a la carta de Natalia. En esta, ella recuerda que «Tirone (Canserbero) no paraba de llorar, se sentía muy mal, pero no lograba entender qué sucedía, hablamos muchas cosas, pero muchas no tenían lógica, otras sí, pero lo importante es que él no estaba bien».
Agregó que tras esto colocó una película de Netflix para que se calmara y se fue a dormir con su pareja, Carlos Molnar, a quien, recordemos, también confesó haber asesinado.
“Nos quedamos dormidos hasta que pasadas las 4.00 de la mañana —o casi las 5:00— escuchamos los golpes a la puerta de esos que por poco la tumban, con una voz muy gruesa llamaba a ‘stoperro’ (así le decían a Carlos desde el colegio), pegando más fuerte la puerta», añadió, asegurando que al salir a ver qué ocurría, notaron a Canserbero mirándose al espejo con los «ojos rojos y muy intenso«, expresó.
Natalia afirma que Canserbero se suicidó
Tras esto, Améstica rememoró que Molnar le pidió que se quedara tranquila y se devolviera a la pieza, esperando que la situación se pacificara, enfrentándose él al cantante. Sin embargo, las cosas no se calmaron.
«No sé cuánto tiempo pasaría, pero lo que me despertó fueron dos gritos, uno de guerra y otro ahogado, más una seguidilla de golpes muy fuertes unos tras otros. En ese momento, al despertar así en mi mente, solo se me vino la frase ‘enciérrate aquí’. Me paré de un salto y fui corriendo a mi baño, teléfono en mano, y fue cuando empecé a llamar al 911. Después de los golpes lo que escuché fue unos vidrios romperse«, añadió.
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