La región griega de Evros sigue castigada por un enorme incendio que ya calcinó más de 80.000 hectáreas en 15 días de un fuego avivado por el fuerte viento. Aunque los bomberos informan de una ligera mejoría este sábado, las llamas siguen sin estar bajo control.
Alrededor de 600 bomberos continúan combatiendo el incendio en áreas claves, principalmente entre los pueblos de Soufli, Kornofolia, Dadia, Kotronia, Sidiro y Giannouli, donde continúa con fuerza. Las autoridades han emitido una alerta para una posible evacuación de los habitantes de Lefkimi y durante la noche, las llamas amenazaron con engullir Soufli, pero las unidades de extinción lograron desviar el fuego de la localidad.
Uno de los principales desafíos para las fuerzas de extinción es el cambio constante de los fuertes vientos, que se esperan que persistan durante el sábado. A los problemas del tiempo se une la complicada orografía de esta región montañosa, densamente forestada y de difícil acceso.
Además de centenares de bomberos y vehículos, los equipos de extinción cuentan con ocho aviones y 2 helicópteros ofreciendo apoyo desde el aire. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos el fuego ha devastado áreas clave, incluida una parte del Parque Nacional de Dadia, donde el pasado 22 de agosto se hallaron los cuerpos calcinados de 18 inmigrantes, entre ellos dos niños.
El riesgo de incendios forestales en otras zonas de Grecia, incluidas las islas de Eubea, Lesbos y Creta, así como la región de Ática, sigue siendo extremadamente alto, según Protección Civil.
Según el Gobierno, en lo que va de 2023 más de 150.000 hectáreas (equivalentes al 1,1 % del territorio griego) han resultado calcinadas en los incendios forestales, el segundo peor año en cuanto a la superficie quemada después de 2007.
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