Biblioteca de la UDO fue desmantelada por delincuentes en busca de piezas de aluminio y hierro

La biblioteca de la Universidad de Oriente (UDO), núcleo San Félix, fue desmantelada en la madrugada del martes 11 de enero por delincuentes que cargaron con los estantes de hierro y los perfiles de aluminio de las divisiones de las oficinas internas.

Por: María Ramírez Cabello / Correo del Caroní

Este es el primer robo de 2022 y se suma a la larga seguidilla de acciones vandálicas de los últimos dos años en la casa de estudios, una de las más afectadas por el hampa en la región.

Los delincuentes abrieron un boquete en el muro trasero de la universidad y otro en la pared de la biblioteca. Tiraron los libros de aproximadamente 40 estantes, para cargar con los muebles de hierro, así como con los perfiles de aluminio del cielo raso y de las divisiones de las oficinas internas.

Abrieron un boquete en el muro de la universidad y luego en la pared de la biblioteca para ingresar y robar. Fotos cortesía Franklin Rodríguez/ Correo del Caroní.

“Se llevaron el aluminio para venderlo como chatarra y aproximadamente 40 estantes de hierro de cinco paños y alrededor de un metro de ancho”, precisó el director de la UDO San Félix, José Mora Dávila, quien solicitó a las autoridades investigar el hecho y la cadena de comercialización de estos materiales ferrosos que son el principal blanco para la reventa. “Gracias a Dios no hay humedad en la biblioteca y los libros pueden recuperarse”.

Mora lamentó el “ataque indiscriminado” a la casa de estudios y la falta de respuesta efectiva por parte de los cuerpos de seguridad. “Hubo apoyo durante 14 meses, nos asignaron dos funcionarios y eso paró momentáneamente la oleada de ataques a la universidad, pero después ese apoyo quedó sin efecto en abril”.

Módulo a oscuras

El dirigente estudiantil, Franklin Rodríguez, informó que el módulo de aulas en el que se encuentra la biblioteca está sin electricidad desde 2021 por el robo y desmantelamiento del cableado eléctrico y los transformadores.

Actualmente, precisó, hay solo cuatro vigilantes en el turno nocturno, que permanecen en el edificio administrativo porque es la única zona con electricidad. La distancia del módulo de aulas y la oscuridad, por falta de energía eléctrica en esta área, es una ventaja para los delincuentes.

“Ingresaron para llevarse el material de hierro y metal, las lámparas que es lo que comercializan, los robos se direccionan a eso, material que puede ser comercializado como chatarra. Los libros ni los tocan”, dijo. “Ya perdimos la cuenta de cuántos robos han hecho en la universidad, desde el año pasado estamos denunciando y no hemos recibido respuesta en materia de seguridad”, agregó.

Las actividades administrativas y el semestre inician el 17 de enero, por lo que los estudiantes no han podido observar la condición actual del área. Sin embargo, las imágenes difundidas por Rodríguez muestran la abertura en la pared y los daños en el interior. “Ese espacio de biblioteca está cerrado desde antes de la pandemia. Ahora el área está más expuesta por la rotura de la pared y la falta de presupuesto para reparar”.

A cuentagotas, estudiantes y personal junto a voluntarios de la comunidad han intentado resguardar algunos equipos y artículos como lámparas en el edificio administrativo, pero sin un plan de seguridad y patrullaje las iniciativas se debilitan.

El director de la casa de estudios llamó a los residentes de la UD-145, UD-146, Las Malvinas y Doña Bárbara a apoyar a la institución y denunciar en caso de ver los artículos robados. “Tenemos una universidad pública de buen nivel y no es posible que nadie se dé cuenta cuándo se llevan este material, hay que denunciar y apoyar al sector universitario”.

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