En su apogeo deportivo, el delantero francés del Real Madrid Karim Benzema conocerá este miércoles el veredicto del juicio por un presunto chantaje a su excompañero en la selección Mathieu Valbuena, por el que la Fiscalía pidió una pena ejemplarizante de 10 meses de cárcel, exentos de cumplimiento, y 75.000 euros de multa.
Por: El Espectador de Caracas / EFE
La decisión del Tribunal de Versalles llega pocas horas antes de que el jugador dispute en Tiráspol (Moldavia) un decisivo encuentro de la Liga de Campeones, pero también a cinco días de que se conozca el ganador del Balón de Oro, para el que es uno de los favoritos.
El «caso Valbuena», en el que el madridista intervino en 2015 a petición de un amigo de infancia, a su vez contactado por los presuntos chantajistas que tenían un vídeo de contenido sexual del entonces jugador del Lyon, aparece como una mácula en el extraordinario momento que atraviesa el delantero.
Convertido en una pieza clave en el Madrid, Benzema recuperó hace unos meses su puesto en la selección francesa, de la que precisamente este escándalo le apartó durante un lustro.
Su excepcional estado de forma le ha llevado también a recobrar un puesto decisivo en el esquema de Didier Deschamps, por lo que todo lo deportivo sonríe al jugador.
La sentencia puede enturbiar un tanto este momento dulce, aunque el presidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), Noël Le Graët, ya aseguró que su continuidad en la selección no dependerá del veredicto y que la última palabra la tendrá Deschamps.
Tampoco afectará a la votación para el Balón de Oro, puesto que los periodistas que votan ese prestigioso premio que desde 1956 entrega la revista France Football emitieron ya sus sufragios hace semanas.
Benzema fue el único de los cinco acusados que no se trasladó hasta Versalles, a las afueras de París, durante los tres días que duró el proceso, alegando sus compromisos deportivos.
«CANALLAS»
La acusación dibujó un panorama en el que un grupo de «canallas» que pululaban en el entorno de jugadores del Olympique de Marsella (en el que Valbuena militó durante varios años) trataron de obtener favores económicos del centrocampista a cambio de no sacar a la luz un vídeo de contenido sexual al que habían tenido acceso.
Ante la reticencia de Valbuena para acceder a sus peticiones, contactaron a Karim Zenati, amigo de la infancia de Benzema, para que alertara al jugador del Lyon del peligro que corría.
El madridista lo hizo durante una concentración de la selección en su cuartel general de Clairefontaine, lo que es interpretado por la acusación como una complicidad en el chantaje.
Así lo demuestran, según la Fiscalía y los abogados de Valbuena, las llamadas intervenidas entre Benzema y Zenati.
«AMIGO DEL ALMA»
La defensa del madridista insistió en la tesis de que su actuación fue exclusivamente para ayudar a Valbuena, sin ninguna mala intención, pero el testimonio de la víctima, que sí se trasladó hasta Versalles, buscó implicar de forma clara a su excompañero de la selección.
«Si quería ayudarme y tenía un amigo del alma que podía hacerlo solo tenía que pedirle que destruyera el vídeo», aseguró Valbuena ante la insistencia de la defensa de Benzema de minimizar el impacto de la conversación que ambos mantuvieron en Clairefontaine.
La Fiscalía solicitó contra el madridista la pena de cárcel más baja, pero la económica más dura, con el argumento de que el delantero debe tener una actitud ejemplar por lo que su imagen influye en la sociedad.
Benzema es el único que no estaba acusado de chantaje y sobre el que solo pesaba el cargo de complicidad.
El cerebro de la operación, siempre según la acusación, fue Mustapha Zouaoui, para quien pidió siete años de cárcel y 15.000 euros de multa, mientras que contra Axel Angot, el hombre que obtuvo el vídeo y el único que reconoció el chantaje durante el juicio, solicitó 18 meses de prisión y 15.000 euros de multa.
Younes Houass, que actuó como intermediario, afronta una pena de 18 meses de cárcel y 5.000 euros de multa y Zenati otra de 2 años de prisión y 5.000 euros de multa.