Sin duda que lo que se encontró en el computador personal de Gentil Duarte, uno de los cabecillas de las disidencias de las FARC, en lo atinente a la relación de este grupo con el régimen de Nicolás Maduro es de inmensa gravedad. El equipo informático fue recuperado en un exitoso ataque realizado por las fuerzas militares colombianas en un campamento en San Vicente del Caguán después de que Duarte huyera herido del lugar.
Al mirar detalladamente los documentos encontrados en la memoria del equipo se evidencia la protección acordada desde Caracas a estos guerrilleros que desertaron del proceso de paz de La Habana y regresaron a sus andadas militares criminales en contra del legítimo gobierno de Colombia. En uno de los informes obtenidos del disco duro se habla de “operaciones conjuntas de carácter estratégico” con Venezuela y se hace patente cómo en lo financiero este grupo subversivo ha conseguido “establecer un enlace directo con sectores de confianza con el actual presidente (Maduro) que es fundamental fortalecer y priorizar”.
De la misma manera, está más que explícito lo que tiene que ver con recursos económicos provenientes de la asistencia de los venezolanos a los terroristas y lo referente al suministro de armas provenientes del otro lado de la frontera. El tránsito de las disidencias por los estados fronterizos venezolanos, además de los de Bolívar y Amazonas, forma parte de un acuerdo con el régimen revolucionario que “preserva los principios de clandestinidad y de seguridad nacional para el desarrollo conjunto de operaciones”.
Una mayor complicidad con el Palacio de Miraflores es imposible. Las fuerzas guerrilleras bajo el mando de Gentil Duarte aseguran que se comprometen a “detectar y suprimir” operaciones de grupos opositores al régimen de Maduro que “no le son posibles al gobierno bolivariano”. Y hablan de una estrategia de defensa conjunta en la eventual intervención de militares estadounidenses en el vecino país. Afirman los disidentes de las FARC que están listos para atacar a 1.300 municipios colombianos que ayuden a detener supuestamente dicha invasión.
Lo que acabo de reseñar ha sido tomado de la revista Semana que hace pocos días puso a rodar parte de la información que se encontró dentro de equipo del capo terrorista. Todo esto parecería un capítulo de una película de ciencia ficción, pero si nos retrotraemos a mediados el año pasado recordaremos que el 28 de julio, durante el cierre de la reunión del Foro de Sao Paulo en Caracas, Maduro tomó la palabra para decir que le daba la bienvenida a Iván Marquez y a Jesús Santrich en su país. Este último falleció en un campamento en suelo venezolano en mayo de este año, cuando se produjo un enfrentamiento entre dos sectores de estas disidencias, ambas apoyadas por Maduro.
De todo lo anterior lo más notorio, en mi opinión, es lo que se hace patente a través de lo encontrado en este computador, sobre el alto nivel de destreza y capacitación tecnológica que estos grupos criminales colombianos tienen y que ponen al servicio del terrorismo, como ellos mismos perifonean.
Los planes de las disidencias de las FARC apuntan incluso –de acuerdo con la información develada por Semana– a adquirir un circuito cerrado de televisión con cámaras para monitorear los sitios donde quieren cometer atentados terroristas. “Si logramos esto, fácilmente podemos instalar algunos explosivos allí, para ser activados a control remoto en el momento preciso cuando haga presencia la tropa enemiga, o para otro fin de interés militar”, señala la presentación. Las disidencias de Gentil Duarte hablan de comprar equipos de circuitos cerrados de televisión compuestos de reflectores infrarrojos con visión nocturna. “El circuito cerrado de televisión permite transmitir video y audio en vivo a una PC y enviar las imágenes a cualquier PC o teléfono celular remotamente vía Internet. Con solo teclear una dirección o página de Internet, en cualquier computador conectado a Internet, se puede vigilar cualquier objetivo que nosotros queramos mantener observado, casas, trochas, carreteras, matas de monte, puentes etc., con este sistema de cámaras de vigilancia y seguridad”, dice la presentación.
El momento que vive Colombia con estas facciones violentas activadas y dispuestas a lo que sea reviste una importancia crucial para ese país, pero igualmente para el nuestro. El terrorismo se encuentra en su mejor forma y su determinación es espeluznante. Pensemos por un instante en la eventual relación que el capítulo colombo- venezolano pueda tener con otros movimientos terroristas en el mundo. Quienes se preguntan cuál será la deriva de todo esto, lo hacen llenos de legítima preocupación.
¿Será que alguien piensa que Washington dejará solo a su gran aliado colombiano en estas difíciles horas?