La organización político–territorial de Venezuela y la distribución de las materias de competencia de las entidades públicas que la componen es atípica, pues aun cuando la C.N. define a la República como federal descentralizada, al examinarse los asuntos asignados a los tres niveles del poder vertical se observa una distribución anómala: grandes espacios de regulación en el poder nacional y municipal y una muy menor franja en el regional de los estados. Ello resulta curioso por lo contradictorio, pues al calificarse de federal, los estados deberían poseer una diversidad que los distinga y encuadre en esa calificación. No es así. Resulta que tanto el nivel nacional como el del Municipio concentran la distribución y dejan muy debilitado el espacio de los estados de la unión.
¿Cómo fortalecer la presencia de los estados en ese cuadro descrito a los fines de dotarlos de mayor importancia, vistos igualmente los menguados ingresos que poseen derivados principalmente del situado constitucional, figura exigua en comparación con la producción de riqueza que ellos aportan? Una vía a la cual se puede acudir, simultánea a fortalecer el Consejo Federal de Gobierno, podrían ser los convenios o acuerdos interestatales.
Consistirían en compromisos que ellos podrían asumir basados en una ley extraordinaria nacional en la cual se defina la figura, su ámbito, naturaleza jurídica y finalidad. Se trata de la posibilidad de multiplicar los menguados recursos con aportes que destinarían a la realización de obras colindantes a los estados comprometidos: una carretera, un puente, un aeropuerto, un centro de salud, de educación. Quiere decir que con el recurso de los estados signatarios se concretan obras que, por sí solos, resultarían muy difíciles de emprender.
En el nivel municipal están las mancomunidades y los distritos metropolitanos que propenden a la idea central expuesta sólo en esa órbita. Ello a título ilustrativo y tangible. En los estados con menor ingreso esas entidades tienden a estacionarse, a tener zonas desequilibradas: rurales, urbanas, muy pobladas algunas, con provisión de buenos servicios otras y así por el estilo.
No alcanza el especio para ahondar de un viaje en la utilidad y viabilidad de esos convenios interestatales. Nuestras universidades disponen de planificadores, economistas, geógrafos, abogados, sociólogos que han alumbrado el tema del crecimiento y el desarrollo armónico en Venezuela.