La intención manifiesta de la vigente Constitución de 1999 al abordar la forma del Estado nacional es la de construir con un ritmo progresivo un Estado federal en el cual los estados miembros de la República conformen unas entidades con las suficientes competencias que impulsen una dinámica pública descentralizadora con la intención de acercarlo cada vez más al ciudadano. A tal efecto, los estados miembros deben una estructura acorde a ese objetivo y un ámbito creciente de actividad que le pueda generar los necesarios e indispensables ingresos que posibiliten los fines que ellos deben alcanzar.
Se ha de tomar en cuenta la voluntad sostenida tanto de los órganos legislativos como los de ejecución de las normas indispensables que determinen una dinámica federal. Que puedan convertirse en auténticos entes generadores de ingresos que han de administrar con la suficiente autonomía que implica el impulso federal. Ello significa que no pueden seguir siendo aplicadores de un diseño centralista que emana del poder nacional como un cartabón a cumplir.
Lo expuesto conduce a afirmar que la voluntad política de los órganos de dirección tiene que ser determinante en la consecución de esos objetivos. Si no existe una coordinación del poder nacional con los poderes estadales estaremos en presencia de un mecanismo que no logra alcanzarlos objetivos diversos que implica un sistema federal preventivo que se asienta en la descentralización. Creemos no se ha dado la necesaria simbiosis de voluntad política del poder nacional con los emanados de los estados miembros de la estructura regional. Sigue presente un estilo y práctica centralizadora en las autoridades ejecutivas nacionales encar4rnada en el presidente y los ministros. Los gobernadores, a su vez, no manifiestan una conducta, en su mayoría, de convertirse en centros de voluntad regionales que construyan espacios característicos de los estados. No basta la norma constitucional o legal. Es menester el espíritu impulsor de parte de los gobernadores que hagan efectivos los objetivos y metas de esas normativas que regulan los espacios estadales en los que se empalma la voluntad de los ciudadanos de la entidad y la del autentico gobernador estadal.
