Baltazar Gutiérrez: El pacto de Punto Fijo

Las principales fuerzas políticas de Venezuela, integradas en tres grandes organizaciones partidistas, AD, URD y Copei, más sectores independientes de carácter laboral, empresarial y religioso, conformaron un acuerdo de alcance nacional al cual se le dio el nombre de pacto de Punto Fijo con diversos elementos de interpretación de la realidad venezolana y de líneas a desarrollar en el futuro inmediato. Fue a mediados de 1958 y dirigía la Junta de Gobierno el contralmirante Wolfgang Larrazábal.

El acuerdo estableció una premisa central ante un ambiente de expectativas e incertidumbre: cualquiera que fuera el partido ganador en los comicios a celebrarse en diciembre debía ejercer el gobierno con la colaboración de las demás organizaciones e independientes con la finalidad de contar con un amplio apoyo que llegó a situarse muy por encima de 90% de los electores.

Este pacto de Punto Fijo, a decir del estudioso Rafael Simón Jiménez, “tuvo el mérito de ser el primer ensayo de convivencia, negociación y entendimiento en 138 años de vida republicana”. Por eso su trascendencia y visión en la mentalidad de sus creadores, los jefes partidistas Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y Rafael Caldera.

El pacto contó con la oposición de agrupaciones de la conocida izquierda, en ese entonces el PCV y el MIR, esta última como un desprendimiento de AD, los cuales se fueron a la lucha armada urbana y rural en varias áreas del país. Es bueno señalar que en la gestación del acuerdo se llegó a plantear la posibilidad de que el PCV también lo integrara, lo cual en definitiva no se concretó.

Esto plantea una retrospectiva en cuanto a qué hubiera ocurrido si ese supuesto hubiera prosperado. Fuerzas conservadoras del Ejército, Fedecámaras y la Iglesia se opusieron a esa posibilidad, que habría abierto un ensayo inédito en el país. El PCV fue un factor importante, sobre todo, en la lucha sindical de oposición a la dictadura de Pérez Jiménez.

En la consideración del pacto de Punto Fijo han de concurrir diversos elementos que no pueden desarrollarse en el límite de un escrito, pues los mismos tienen importancia autónoma y requieren ser analizados. Lo afirmamos porque algunos sectores del pensamiento y activismo de la izquierda tradicional lo rechazan y le niegan importancia y le endilgan el mote de pacto de la derecha, de la burguesía, lo cual por su generalización se aparta de importantes factores de análisis internos y externos.

El pacto contiene un examen de la realidad institucional, económica y social, impregnada de las circunstancias de la coyuntura y una visión preliminar para comenzar a levantar una república democrática con sus instituciones y sus normas y factores de impulso. La Constitución de 1961 conformó un cuerpo compacto, coherente y futurista de la Venezuela a construir. Ha sido la carta de mayor vigencia en la historia, creadora de un moderno estado de derecho, fundada en el espíritu del 23 de enero de 1958.

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