El desfile de Balenciaga se convirtió este domingo en un alegato contra la guerra en Ucrania de la mano del director creativo de la marca, el georgiano Demna Gvasalia, que organizó una de las pasarelas más emotivas y reivindicativas de los últimos días.
Por: Espectador de Caracas con información de 800 Noticias
«Esta guerra en Ucrania ha despertado el dolor de un trauma pasado que llevo en mí desde 1993, cuando lo mismo ocurrió en mi país y yo me convertí para siempre en un refugiado», escribió el diseñador en una nota que recibieron los invitados.
Los asistentes, que habían recibido por invitación iPhones rotos con los detalles del desfile, se encontraron además en sus asientos banderas ucranianas.
La firma ya se había pronunciado al respecto esta semana, cuando empezó a utilizar su cuenta en Instagram para publicar únicamente contenido sobre la guerra en Ucrania, tras la invasión militar rusa que empezó el 24 de febrero.
«Es algo que se queda contigo. El miedo, la desesperación, la sensación de que nadie te quiere. Pero también me hizo comprender lo que importa en la vida, como la vida misma y el amor humano y la compasión», añadió Gvasalia sobre el sufrimiento y su propia experiencia como refugiado.
Gvasalia, original de la región separatista prorrusa de Abjasia, considerada independiente por Rusia y otros pocos Estados, abandonó su país junto a su familia por las guerras iniciadas en la zona en el año 1993.
Siendo un adolescente, su familia abandonó la región atravesando las montañas del Cáucaso con un burro y se instalaron Dusseldorf, Alemania.
Una traumática historia personal que ya ha sido motivo de inspiración e hilo conductor de antiguas colecciones en Balenciaga, marca en la que entró en 2015, también recurriendo en ocasiones a un casting de modelos formado en su totalidad por georgianos.
Melancolía y nieve
En la pasarela, acompasado por la lenta melodía de un piano, los modelos desfilaban en un escenario lleno de nieve artificial, donde el viento iba complicando la marcha de los maniquíes, cada vez más impedidos por las condiciones meteorológicas recreadas para el espectáculo.
«Este desfile no necesita explicación. Es un homenaje a los intrépidos, a la resistencia y a la victoria del amor y la paz», zanjó Gvasalia en el comunicado.
Muchos de los asistentes reaccionaron a esta propuesta con lágrimas, en el contexto de una Semana de la Moda que se ha visto también trastocada por el impacto de la guerra, no solo a nivel emocional.
La Federación de Alta Costura y Moda, organizadora del evento, pidió solemnidad en los eventos a principios de esta semana, por lo que cenas y otras fiestas fueron canceladas.
Además, en muchos desfiles, los diseñadores han hecho gestos a favor de Ucrania y numerosas marcas han realizado donaciones a las asociaciones que están ayudando a la población civil, como Balenciaga, el grupo Kering o Balmain, entre otras.
Paulatinamente, grupos como Hermès, Chanel, LVMH y Kering han anunciado el cierre temporal de sus tiendas en Rusia a partir de este mismo domingo, y muchas tiendas en línea y diseñadores han suspendido las ventas con el país.
Al margen del desfile de Balenciaga este domingo, sobre el que Gvasalia llegó a plantearse anularlo, la colección otoño-invierno 2022/2023 de la marca estuvo marcada por siluetas anchas y colores oscuros: amplios abrigos masculinos y botas altas, gafas futuristas tipo pantalla y vestidos largos de punto.
Más que vestidos, las prendas parecían simplemente marcar el contorno de siluetas que caminaban por la nieve como sombras, cargando incluso bolsas de basura.
Otro de los momentos del desfile fue la presencia de la empresaria e influencer Kim Kardashian, que asistió como invitada luciendo un mono hecho a base de cintas de esparadrapo con el logo de Balenciaga por todo el cuerpo. EFE