La expresidenta Michelle Bachelet dio este viernes un espaldarazo a la reforma tributaria y de pensiones impulsada por el mandatario chileno, Gabriel Boric, y pidió a los partidos llegar a un «gran acuerdo nacional».
«Necesitamos un gran acuerdo nacional. Necesitamos que sea un acuerdo aprobado en el Parlamento y que todos los sectores políticos estén disponibles para sentarse a la mesa y que no piensen en sus propios intereses si no en la calidad de vida de las personas», dijo Bachelet.
La exmandataria socialista, quien gobernó Chile en los periodos no consecutivos 2006-2010 y 2014-2018, participó en un acto organizado por el Gobierno para impulsar su reforma al sistema privado de pensiones, una de sus medidas estrella y que lleva meses atascada en el Parlamento, y arengó al público con el grito «¡Queremos acuerdo nacional!».
«El sistema tiene una legitimidad de origen, fue impuesto en dictadura sin debate democrático. Necesitamos un sistema previsional que mejore las pensiones y sea respetado por todos», indicó Bachelet.
El sistema de pensiones chileno, creado por el régimen de Ausguto Pinochet (1973-1990), fue pionero en la capitalizacióón individual y obliga a cada trabajador a aportar un 10 % mensual de su sueldo a una cuenta personal de la que puede disponer cuando se jubile y que es gestionada por las polémicas administradoras privadas de pensiones (AFP).
En los últimos años, el modelo ha sido ampliamente criticado por las escasas pensiones que otorga: la pensión media ronda los 200.000 pesos chilenos mensuales (cerca de 220 dólares), según datos de junio de la Superintendencia de Pensiones.
En 2008, Bachelet hizo una reforma y creó una pensión financiada por el Estado para los más pobres, que se amplió en 2021 durante el gobierno del conservador Sebastián Piñera.
El Gobierno de Boric propone crear un sistema mixto, subir las cotizaciones del 10 el 16 % a cargo del empleador y poner fin a las AFP, pero la derecha quiere que el 6 % adicional vaya a la capitalización individual y no a la seguridad social y las negociaciones están congeladas.
«Es importante que las pensiones puedan subir ahora, no en 20 años más», subrayó Bachelet, quien recordó que para eso se necesitan «luquitas» (pesos) y un nuevo pacto fiscal, otra de las promesas más ambiciosas de Boric que aún no ha conseguido aprobar.
La coalición opositora de derechas Chile Vamos, especialmente el partido conservador Unión Demócrata Independiente (UDI), ha supeditado el diálogo a la permanencia en el cargo del ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, cuyo partido está salpicado en un caso de presuntas subvenciones irregulares.
«Mejorar las pensiones actuales y futuras es un imperativo vital, moral, ético, pero también de cohesión social», concluyó la expresidenta socialista.
Con información de EFE
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