22 de noviembre de 2024 8:43 AM

Aurora Lacueva: Vivir sin ecocidio

Evitar el dañino cambio climático no implica renunciar a una vida cómoda y agradable: podemos vivir bien de modo prudente, sin necesidad de consumir grandes cantidades de energía. Así lo muestra un reciente estudio dirigido por investigadores de la reconocida Universidad de Stanford (EEUU). El consumo promedio de energía hoy en el mundo es de 79 gigajoules por persona al año. Y esa cantidad resultaría más que suficiente para que todas y todos disfrutáramos de electricidad, atención médica, alimentación adecuada, agua potable… y pudiéramos así desarrollar bien nuestras actividades: educarnos, cultivar, manufacturar, recrearnos, etcétera.

Pero actualmente millones y millones de personas disponen de muy poca energía, menos de 10 gigajoules al año, y así se enfrentan a muchas penalidades y a una muerte prematura. Mientras otros derrochan valiosa energía, agotando recursos y alterando dramáticamente el clima. En Estados Unidos, por ejemplo, el consumo anual es de 284 gigajoules por habitante. Las investigaciones muestran que el transporte es una de las áreas donde el dispendio es mayor y donde más se podría ahorrar. Demasiados vuelos, cruceros, barcos cargados de mercancías superfluas y viajes en automóvil de aquí para allá.

El modelo “botarate” nos lleva al desastre: extinción de especies y alteraciones devastadoras en el clima. En cambio, hay países que saben aprovechar su energía de modo equitativo y eficiente y así logran bienestar de su población aun con consumos medianos o bajos. Entre esos países se encuentran Cuba, Sri Lanka y –en el espectro de consumo medio- Finlandia y Noruega. Superan en calidad de vida a otros de consumo energético similar. Hay que aprender de ellos.

Llega un punto, dice la investigación que citamos, cuando seguir aumentando el uso de energía per cápita deja de generar verdaderos progresos en el bienestar de la población. Y ese punto, por suerte, no es alto. No necesitamos traspasarlo. Todas y todos debemos comer mayormente lo que se cultiva cerca, ir a pasear a lugares próximos, cuidar los bosques, ríos y mares, evitar el irresponsable consumismo. La investigación se basó en el análisis estadístico de datos de 140 países, en el lapso 1971-2018 y está publicada en la revista Ecosphere (13-4: e3978).

@AuroraLacueva

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