Aurora Lacueva: Conservemos al menos el 30% 

Quizá muchos tendemos a pensar que nuestro planeta es muy grande y que los humanos apenas estamos presentes en algunos pedacitos de él, aquí y allá. Eso podría ser cierto hace doscientos años. Pero hoy las tecnologías desarrolladas por la humanidad se han vuelto crecientemente poderosas y marcan con su huella porciones cada vez más extensas de la Tierra. Amplios espacios antes naturales ahora son ocupados por ciudades, industrias, carreteras, minas, tendidos eléctricos, puertos, sembradíos, rebaños de animales domesticados… Además, multitud de barcos surcan los océanos y una tupida red de aviones cruza los cielos. El problema es que todas estas transformaciones, cumplidas sin límite ninguno, van destruyendo los ambientes propios de plantas y animales silvestres: sabanas, bosques, ríos, mares… Nuestra presencia implica talar, taladrar, socavar, generar contaminantes, en fin, destruir los hábitats donde antes subsistían en positiva interacción una diversidad de seres vivos. 

Resulta triste constatar que la única especie “racional” se dedique inconscientemente a acabar con buena parte de las otras. Pero es que, además, nosotros no podremos sobrevivir sin ellas. No es viable un planeta habitado solo por los humanos y un reducido grupo de vegetales y animales a nuestro servicio. Para que el planeta funcione como un espacio de clima soportable, con agua dulce, aire razonablemente limpio, suelos fértiles, agentes polinizadores, etcétera, requerimos conservar la biodiversidad: la presencia de todas esas especies de microbios, hongos, algas, plantas y animales que nos rodean. 

Es verdad que a lo largo de centenares de millones de años han ocurrido en la Tierra otras masivas extinciones de organismos, provocadas por fenómenos naturales. Pero esas sacudidas tomaron mucho tiempo y permitieron el surgimiento y la adaptación de nuevas especies. Lo de hoy es demasiado rápido y abarcante.

El 19 de diciembre pasado concluyó en Montreal (Canadá) la COP15, conferencia auspiciada por la ONU y dedicada a atender este problema de la destrucción de la biodiversidad. En el evento, 188 países acordaron que para 2030 se deben conservar “naturales” y protegidas al menos el 30% de las tierras y mares del planeta. Hoy solo están bajo protección el 17% de las tierras y el 8% de los mares. Seguiremos. (@AuroraLacueva)

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