Aurora Lacueva
Llegan noticias de negociaciones entre gobierno y diversos sectores de oposición. Esto resulta alentador, porque la única salida sensata y estable a nuestra crisis es el convenio político en el marco de la democracia. Ojalá recibamos en ese esfuerzo la ayuda de los demás países de nuestra región: a ellos les favorece una Venezuela democrática, próspera y en paz. También al mismo EEUU, que podría desarrollar en ese marco relaciones de convivencia razonables, de mutuo beneficio: desestabilizar por décadas un área cercana no luce como una iniciativa muy acertada. Hay que apostar al éxito del diálogo, lejos del “arrase” y del intento de aplastar al contrario, que implican violencia y retroceso.
Sin embargo, en paralelo a estas negociaciones hace falta además establecer acuerdos inmediatos para medidas de emergencia. La población de Venezuela no puede esperar más, ya ha aguantado demasiado, durante demasiado tiempo. En concreto, se hace necesario un espacio “frío” de acciones conjuntas entre el gobierno de Maduro y el sector opositor liderado por Guaidó, dado que este sector controla recursos importantes que están haciendo mucha falta. No se trata de otorgarse mutuamente ningún tipo de reconocimiento, solo de aceptar los hechos: una parte controla el gobierno del país y la otra controla el acceso a cuentas bancarias, reservas en oro y otros bienes que pertenecen al pueblo de Venezuela, y que ese pueblo necesita con urgencia.
En particular, se requieren inversiones en salud, educación y acceso a la alimentación. No es solo las vacunas contra la covid-19: nuestro sistema de salud, desde los ambulatorios más sencillos hasta los hospitales de mayor nivel, requiere inversión en infraestructura, equipos, medicinas y remuneración del personal. Hay niñas, niños y adultos muriendo a la espera de una operación o de una medicina de alto costo. Mientras tanto, en educación la pandemia ha venido a empeorar una situación ya mala: urge elevar de modo sustancial la remuneración de los docentes, y garantizar la tecnología para que puedan comunicarse con sus estudiantes, aunque sea un tiempo mínimo a la semana. Los planteles deben acondicionarse para un eventual regreso a lo presencial. Mientras se conversa del futuro, hay que acordar acciones para mitigar un presente que nos está hundiendo.
@AuroraLacueva