Los potenciales beneficios que supone tomar dosis bajas de aspirina a diario con el objetivo de prevenir accidentes cerebrovasculares en adultos mayores no compensan frente al riesgo de que estas personas sufran una hemorragia cerebral, sobre todo en el caso de que estén expuestas a traumatismos craneales por caídas y otros golpes en la cabeza, ya que el sangrado es un efecto secundario conocido de la aspirina.
Una investigación liderada por la Universidad de Monash que pretendía determinar el riesgo/beneficio del consumo de aspirina como medida de prevención primaria en las personas mayores ha llegado a esta conclusión tras analizar los datos contenidos en ASPREE (ASPirin in Reducing Events in the Elderly), un ensayo de aspirina de prevención primaria en el que participaron 19.114 adultos mayores inicialmente sanos, casi todos de más de 70 años, la mayoría de los cuales residía en Australia, y el resto en Estados Unidos.
La prevención primaria consiste en adoptar medidas para mantener una buena salud y prevenir enfermedades, mientras que las intervenciones de prevención secundaria se establecen después de que se haya producido un problema de salud para evitar que se repita. En el estudio, los participantes que no tenían enfermedad cardiovascular conocida al inicio fueron asignados de forma aleatoria a recibir 100 mg diarios de aspirina o una tableta de placebo durante un promedio de cinco años.
El estudio de análisis secundario no encontró diferencias estadísticamente significativas en la incidencia de accidente cerebrovascular isquémico, el tipo de accidente cerebrovascular más común, que está provocado por un bloqueo en los vasos que llevan sangre al cerebro, entre el grupo que tomó aspirina y el de placebo.
Un 38% más episodios de sangrado en los que tomaron aspirina
Los resultados se han publicado en JAMA Network Open y muestran que se produjeron accidentes cerebrovasculares en el 4,6% del grupo de aspirina y en el 4,7% del grupo de placebo. Aunque la cantidad de hemorragias cerebrales fue pequeña, los eventos de sangrado fueron un 38% más altos en los que tomaron aspirina en comparación con el placebo.
La conclusión de los investigadores ha sido que el riesgo de hemorragia cerebral supera cualquier beneficio potencial en la reducción de accidentes cerebrovasculares. Esto incluyó hemorragias en el cerebro y hemorragias en la superficie del cerebro que por lo general se asocian con traumatismo craneoencefálico.
“Estos hallazgos sugieren que la aspirina en dosis bajas puede no tener un papel en la prevención primaria del accidente cerebrovascular y que se debe tener precaución con el uso de aspirina en personas mayores propensas a sufrir traumatismos craneales, por ejemplo, por caídas”, han escrito los investigadores.
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