23 de noviembre de 2024 2:32 PM

William Anseume: Así no me vacuno

Al régimen del terror le dio por politizar en demasía la vacunación de los venezolanos. En principio se aplicaron las dosis Nicolás Maduro con su órbita de poder y han ido bajando a diversas camarillas regionales, hasta llegar a lo que encontraron como solución; según una de sus agentes, con la finalidad de tener más control e información acerca de la distribución e inyecciones ejecutadas: usar también la panacea última (hasta ahora) de su control social, la plataforma Patria.

Los amigos lectores deben disculparme mucho este hecho de que diserte acerca de algo tan personal, pero seguramente no soy único en elaborar ideas como estas ni el único afectado, aunque no nos demos cuenta de lo que está ocurriendo o pudiera ocurrir. Así piensa mi amigo Eugenio, que exagero. Pues bien, o mal, he tomado la decisión de no vacunarme de ese modo. Si estuviéramos en otra realidad circundante: Suiza, Suecia, Noruega (la dialogante), la India, Japón… Seguramente, el cuento sería otro. Pero imbuidos en esta pesadilla activa de criminales, no es posible. A ver si logro explicarme. Estos son los mismos autores de listas excluyentes, apartantes. ¿O se nos olvidó a todos eso? ¿Qué eran las franelas rojas? ¿La «Lista Tascón» es una tachadura sin enmiendas? Después vino el separatista «carnet de la patria» y ahora el más sofisticado y controlador «sistema Patria», porque al régimen ya no le basta la data electoral, por más refrescaditas que le eche al CNE, cambiando gente a menudo, haciéndolos pasar a los nuevos por opositores y amenazándolos si los regañan por usar medios del «Estado» con fines proselitistas.

No me vacuno. Por las mismas razones por las que no me hice la prueba PCR esa, cuando me contagié/contagiaron el covid el año pasado. Cuando el médico me entrevista por teléfono y le digo que sí perdí el olfato y el gusto. Me indica: «Lo tienes». Y me apodero del pánico. Pero cuando me preguntó: «¿Hay cerca un centro de salud donde hacerte la prueba?». Cavilé acerca de Alemania otrora. Lo solté. Al pánico. Volví en mí. Pensé en la aceleración de la muerte. En la manera más rápida y eficiente de salir de este ser. Le dije: «No. No iré a hacerme la prueba. Eso es como exponerme a las fauces rojas, tintas de otras sangres. Me aguanto en casa».

En resumen: recibí un mensaje del «sistema Patria». Ese que me paga mi quincena ininteligible de universitario, luego de la confiscación de la nómina a las universidades. El mensaje textual era: «Para colocar vacuna (así como Tarzán a Chita) debe asistir al Concejo Municipal de Baruta el día 09/06/2021 a las 11:00 am». Después la palabra «para» y luego mi cédula de identidad. Ese obsoleto documento. Y me dije: «William, tienes que tomar una decisión: ser o dejar de ser», parafraseando al ilustre tocayo. Y opté por seguir siendo. Porque para mí, que no sufro de miedos ni manías persecutorias, ir a un lugar donde ellos me ordenen, con mi cédula y mi nombre, es como llegar al paredón silencioso, remilgoso. ¿Son niños Jesús? ¿Vacunas chinas o rusas? ¿Y si dentro de uno o dos años la pataleta en la sala o el baño es la reacción tardía, pero conscientemente impuesta, al líquido misterioso inoculado? ¿De quiénes estamos hablando? ¿De los mismos con enormes, farragosos, expedientes en la Corte Penal Internacional presentados por varios países, instituciones y personas? ¿De aquellos de los aterradores informes de la ONU? ¿O estos son otros protagonistas de otras películas? ¿Iré como corderito a la entrega? No.

Así no me vacuno. Seguiré aislado lo más que pueda, cuidándome y evitando, como siempre, causar daño a alguna otra criatura viviente, como no sea una cucaracha o algún otro insecto desagradable. Que me inyecte la Cruz Roja (casualidad), en una embajada caritativa (No Irán, obviamente); los enviados de la Organización Mundial de la Salud, o la Organización Panamericana, con otra vacuna de otro país, ni rusa ni china (lugar donde surgió este virus original y no sorprendentemente), que me la pongan desprevenidamente, en algún operativo de vente tú. Pero por el «sistema Patria», con llamados del régimen, con mi nombre, mi apellido y me cédula, no me vacuno. Este es un alerta nacional e internacional acerca de lo que nos ocurre o nos pudiera ocurrir para engrosar carpetas en tribunales de La Haya. ¿La lista está hecha? Faltaré.

El Nacional

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