El gobierno de Argentina anunció este lunes que renovará con un nuevo diseño la familia de billetes del peso argentino; una de las monedas más depreciadas del mundo y un «instrumento de política económica» al que el presidente Alberto Fernández aseguró que no piensa renunciar.
Por: El Espectador de Caracas / EFE
Los nuevos billetes entrarían en circulación recién dentro de seis meses. E incorporarán en su diseño las figuras de próceres, heroínas y otras personalidades de la historia argentina. Se sustituirán los animales autóctonos que se habían incorporado en 2016.
Así, los nuevos billetes presentarán los rostros de los héroes por la Independencia José de San Martín, Manuel Belgrano, Martín Miguel de Güemes, Juana Azurduy y María Remedios del Valle, y también el de María Eva Duarte de Perón, «Evita», segunda esposa del tres veces presidente argentino Juan Domingo Perón.
«La moneda es un gran instrumento para que todos los días recordemos quiénes hicieron la patria en que vivimos, quiénes dieron todo por la patria en que vivimos. Hombres y mujeres inmensos, trascendentales, que no podemos olvidar». Así lo dijo el presidente argentino, Alberto Fernández, en el acto de presentación de los nuevos billetes.
Estos, que circularán junto a los actuales, no sumarán ejemplares de mayor denominación a los billetes ya existentes, cuyo máximo valor es de 1.000 pesos (8 dólares).
La renovación de los billetes la cuestionan por economistas y opositores. Objetaron el coste que tendrá la impresión de los nuevos papeles. Así como el hecho de que no se incorporen billetes de mayor denominación ante la fuerte depreciación que sufre el peso argentino en los últimos años.
«La moneda es, por sobre todas las cosas, también un símbolo de soberanía. Es un instrumento de política económica a la que nunca vamos a renunciar, a pesar de que algunos muchas veces han querido que renunciemos». Así lo dijo este lunes Fernández, cuyo gobierno es contrario a la adopción del dólar estadounidense.
El peso convertible reemplazó al austral como moneda de Argentina. Comenzó a circular el 1 de enero de 1992 a partir de la ley que en marzo de 1991 fijó la paridad entre la moneda nacional y el dólar estadounidense. Todo como parte de las medidas impulsadas por el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, para poner fin a la hiperinflación de 1989-1990 y la estrepitosa devaluación.
El peso convertible fue equivalente a un dólar estadounidense durante un década. Pero con el correr del tiempo y las recurrentes crisis en el país suramericano se fue depreciando. Actualmente, no vale ni medio centavo de la moneda norteamericana.
La pérdida de valor del peso obligó con el tiempo al Banco Central a incorporar billetes de mayor denominación. En junio de 2016 entró en circulación el billete de 500 pesos. Y en diciembre de 2017, el de 1.000, por entonces equivalente a 55 dólares; y que hoy solo alcanzan para comprar 4,8 dólares en el mercado informal.
De acuerdo con el Observatorio de Divisas que publica semanalmente el economista estadounidense Steve Hanke, de la Universidad Johns Hopkins, el peso argentino, con una depreciación del 62,16 % desde inicios de 2020, es la sexta moneda más devaluada del mundo en relación al dólar estadounidense, un ranking que lideran las monedas de Venezuela, Zimbabue, Líbano, Sudán y Siria.