Exactamente hoy se están cumpliendo 177 años del fallecimiento en París de Rafael Urdaneta Farías, uno de los próceres más honestos y leales que tuvo Simón Bolívar a su lado, al igual que Antonio José de Sucre, entre otros que estuvieron bajo su mando y fue el autor de unas palabras que avalan esa lealtad, emitidas cuando el Padre Libertador fue víctima de un atentado en la noche del 25 de septiembre de 1828 en Bogotá y dijo: “por cada pelo que le toquen al Libertador morirán 10 colombianos” y eso bastó para que cesaran las acciones, que por desgracia las dirigía un venezolano, Pedro Carujo. De ese atentado lo salvó Manuelita Sáenz, quien conminó al Libertador a saltar por una ventana del castillo de San Carlos, y este fue a meterse debajo de un puente donde lo encontraron los enviados por Urdaneta.
Así fue este marabino quien para el momento de su muerte se encontraba en la capital francesa, cumpliendo funciones como ministro plenipotenciario y enviado ante la Corte de España llevando en cartera disposiciones para el reconocimiento de la independencia de Venezuela, así como efectuar gestiones para un crédito que estaría destinado al pago de los esclavos.
La honestidad de Urdaneta quedó demostrada al dejar en la orfandad a 10 hijos y a su viuda, no obstante, haber sido uno de los próceres más destacados que Bolívar tuvo a su lado y desempeñó elevados cargos, entre los cuales destacó el del presidente de la Gran Colombia.
Para entonces, el hombre de mando en Colombia es Francisco de Paula Santander, de claro pronunciamiento antibolivariano. Por ello, Urdaneta tiene que salir prácticamente desterrado de la tierra liberada por las espadas patrióticas que dirigió Bolívar.
En 1832, Urdaneta es un ciudadano civil que ha perdido el rango de general y así regresa a su Venezuela natal. Se le encuentra dedicado a faenas agrícolas en Coro. Páez es el gran jefe de Venezuela y han sido muchos los roces que Urdaneta ha tenido con él por su antibolivarianismo.
Sin embargo, el caudillo llanero acepta que el primer presidente civil, el doctor José María Vargas Ponce, lo incorpore al campo militar y así le corresponde asumir la responsabilidad de enfrentar la Revolución de las Reformas que tiene al frente a otro de los destacados próceres de la gesta emancipadora, como lo fue Santiago Mariño.
El 13 de diciembre de 1842 es el jefe de los actos para recibir los restos del Padre Libertador Simón Bolívar.