Andrés Caleca: “Hay que votar siempre, ¿quién inventó eso de que en dictadura no se vota?”

No vacila Andrés Caleca. “Sí, hay que participar, en cualquier circunstancia, aún perdiendo, pero en esta oportunidad hay la posibilidad real de ganarle a Maduro. El rechazo que tiene el gobierno de Maduro ronda el 80 % de Venezuela, eso lo confirman todas las encuestas, bueno menos la de Schemel, pero además lo confirma el 21 de noviembre, que no fue una encuesta sino la realidad; el chavismo sacó el 20% de los votos, y no va a sacar más, no tiene más gente el chavismo”, dice en conversación con Infobae.

Andrés José de San Bosco Caleca Pacheco ha llamado la atención de varios sectores del país cuando ha sido casi una voz solitaria en la oposición instando a prepararse para las elecciones, haciendo giras por todo el país, reuniéndose con dirigentes de base, emitiendo opinión sobre temas políticos. De inmediato Diosdado Cabello, el segundo del PSUV, lo señaló de andar en campaña como si fuera un delito.

Este hombre de verbo agudo, a veces permitiéndose ser mordaz, es caraqueño de nacimiento, licenciado en Economía Política, nunca ha ejercido como profesor, aunque muchos lo llaman así. Militó en el Movimiento Electoral del Pueblo, como secretario nacional juvenil y diputado al Congreso, entre 1978 y 1983. Desde entonces se retiró de la política y se dedicó, durante 9 años, a la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) hasta 1995, ocupando cargos relevantes como directivo en SIDOR, Venalum, CVG Internacional, Ferrocasa y Fanatracto. Entre 1993 y 19954 fue presidente de Instituto de Siderurgia (IVES).

Pero quizá lo más relevante para la entrevista que sostuvo con Infobae es que Andrés Caleca fue designado, en 1997, por el Congreso de la República, rector del primer Consejo Nacional Electoral (CNE), ente del cual fue presidente hasta 1999. Es un convencido de que “ese 80% que rechaza al chavismo hay que convertirlo en una mayoría política capaz de derrotarlo, y no lo estamos haciendo. Los partidos ensimismados en sus problemas internos, que todos sumados no alcanzan un apoyo del 20%, entonces hay un empate catastrófico allí, con un 60% del país que no se interesa en el tema político, porque no ve salida”.

Asevera que Venezuela está “ante un régimen con rasgos muy pronunciados de ser un régimen autoritario de nuevo tipo, post moderno, siglo XXI, que tiene una característica: es muy electoralista, le gusta vestirse de elecciones y de una supuesta respetabilidad democrática que no logra conseguir, entre otras cosas, porque las elecciones las hace en un contexto cada vez más restringido”.

Narra que asistió a un foro invitado por la seccional Caracas de la Acción Democrática (AD) de Ramos Allup donde estuvo el CES, autoridad regional y dirigentes parroquiales, los adecos de a pie, que no tienen que ver con la cúpula del partido. “Repetí una frase: hay que votar siempre, aún en las peores circunstancias, y sobre todo en las peores circunstancias”.

“Les dije que los demócratas votamos en cualquier circunstancia, en cualquier elección que haya. Recordé aquel episodio, cuando los estudiantes de la Federación de Estudiantes de Venezuela, inventaron aquella elección de la reina de carnaval, a finales de los años ´30; parece mentira, pero esa fue la primera elección democrática en Venezuela, y abrió los ojos a todo el mundo de que se podía votar y elegir, en este caso una reina de carnaval. Eso fue un terremoto político al punto que terminaron todos presos y muchos de ellos exilados”.

“Pero fíjate, la importancia del voto no sólo radica en el hecho de que es el ejercicio del poder sino que es la posibilidad de mantener viva la llama, la idea, el sentido de la democracia como el gobierno electo por la mayoría y no impuesto por las armas o por cualquier otro mecanismo”.

Cuando se le pregunta si cree efectivo recorrer el país hablando de elecciones cuando la mayoría no cree en ella, Caleca dice con convicción “lo que quiero es sensibilizar al país. Estoy, particularmente, hablando con los dirigentes de base, porque este es un tema de los que saben dónde está la mesa electoral, cuáles pueden ser los testigos, dónde están los centros electorales, dónde tenemos debilidades o no. Eso no lo saben los dirigentes de Caracas, sino los dirigentes parroquiales que rodean al centro electoral”.

-¿Qué le dice Caleca a quienes pregonan que en ‘dictadura no se vota’ hasta que no haya condiciones?

-¿Quién inventó eso que en dictadura no se vota? Eso es absolutamente falso. En dictadura no se vota cuando la dictadura impide que se vote, porque la dictadura trata de que no se vote, pero si la dictadura da la posibilidad de votar, hay que acudir a la elección en cualquier circunstancia, esa ha sido la historia de todas las luchas democráticas en el mundo y las nuestras también. Mira, en el año más terrible de la dictadura perezjimenista, 1952, se le dio una derrota terrible al dictador, cuando intentó modificar la Constitución. ¿Que desconoció esa derrota, que metió presos a los miembros del Consejo Supremo Electoral, que persiguió a todos los dirigentes políticos? Pero cinco años después estaba fuera del Poder, la gente no se rindió nunca. A la gente se le olvida que en el año 57, unos días antes de caer el régimen, habían unas elecciones presidenciales, la oposición se unió alrededor de la candidatura de Rafael Caldera, y el gobierno se asustó tanto que, violando la Constitución, cambió la elección presidencial por un plebiscito; solo estuvo un mes más en el poder y tuvo que irse.

-¿Por qué el venezolano debe votar en este escenario de tanta desconfianza con el Consejo Nacional Electoral y con el voto mismo?

-Sí, el venezolano ha sido despojado de tantos derechos a lo largo de 23 años de régimen chavista, entre ellos los derechos políticos que han sido tasajeados y hoy estamos reducidos a una situación de precariedad institucional, no tenemos quien nos defienda frente al Estado, etc., y de las pocas cosas que le quedan al pueblo venezolano, es el voto, la posibilidad de ejercer su opinión en cualquier oportunidad que se presente para expresarla.

-¿Aún con tanta duda y desconfianza?

-Los venezolanos tenemos que aprovechar cualquier oportunidad de esta naturaleza que ocurra porque la coalición dominante en Venezuela es muy particular, donde uno de sus componentes, que llamo rezagos de la izquierda stalinista venezolana, están allí gobernando en Miraflores, conjuntamente con el militarismo secular de nuestra historia, y una tercera pata que son las bandas criminales. Una de las características de esta coalición es que además de autoritaria, tiene una profunda vocación totalitaria que deriva del Stalinismo ideológico que los caracteriza. Si fuera por ellos habrían instaurado en Venezuela, y quieren hacerlo en el futuro, si se les deja, un régimen totalitario, que es mucho más grave que uno autoritario.

-¿Explíquenos por qué?

-En un régimen totalitario, las dictaduras tradicionales que hemos padecido en Venezuela y en América Latina, se contentan con el control del poder del Estado. En el caso de los regímenes totalitarios que vivimos en el siglo XX, la característica es el copamiento no sólo del poder del Estado sino el espiritual de la Nación, se quieren apropiar del alma de los ciudadanos, de la totalidad, de la cultura, de las expresiones religiosas, cualquier circunstancia de la vida pública bajo la égida del gobierno del Estado”.

-¿Y qué se hace ante un poder con esta naturaleza?

-Los ciudadanos tienen que luchar agónicamente, por no dejarse asfixiar. Cualquier posibilidad de votar, cualquier posibilidad de expresar la voluntad de los ciudadanos, libre de la injerencia del Estado, debe ser aprovechada. Esa fue la realidad que vivieron los países tras la Cortina de Hierro; los países de la Unión Soviética, Bulgaria, Polonia, Rumanía, Checoeslovaquia, toda esa disidencia, y ahora en Cuba igual, luchaba agónicamente para que les permitieran votar. En los últimos años ha sido una lucha constante de la oposición cubana disminuida, como todos sabemos, por un referendo constitucional que no le ha sido cedido.

-La necesidad de votar está ahí.

-Sí, la lucha de los demócratas en condiciones del totalitarismo y autoritarismo, es la lucha por el voto. Fíjate, la primera gran revolución popular del siglo XX, que no fue la bolchevique, fue la revolución mexicana, tenía como consigna fundamental aquella que lanzó Madero, “sufragio efectivo, no reelección”, siempre el sufragio, siempre la posibilidad de que la gente vote y decida. En el caso de nuestra democracia, la lucha por la democracia se concreta también al final del régimen de Juan Vicente Gómez, en la exigencia por elecciones universales, directas y secretas. La lucha de los demócratas es siempre por la elección.

-¿Entonces nunca hay que dejar de votar?

-Exacto. La defensa del voto es prácticamente la defensa de la democracia y hay que ejercerlo, repito, en cualquier circunstancia. Hay que pelear por ello. Para hablar del voto, del sufragio, hay que reconocer que estamos en presencia de un proceso, porque eso se llama proceso electoral, en el cual no sólo es el día de votar, sino desde el primer día en que se decide participar, en el cual se empieza a luchar por las condiciones. Esa lucha lleva a la creación de una conciencia democrática, lleva a la organización de un proceso democrático, a la difusión de las ideas democráticas, que impide que se consolide el totalitarismo, que en la cancha autócrata solo esté el enemigo autócrata. El voto es la resistencia de los ciudadanos.

-¿Y después de votar cómo lograr que el ente electoral respete esa voluntad popular? ¿Hay alguna garantía para que eso suceda?

-La primera vía es la organización de los centros electorales. Por supuesto, hay una cantidad de violaciones en todo el proceso por el tema del registro electoral. La gente suele concentrarse, cuando se habla de elecciones, en el tema de los candidatos, no se dan cuenta y no nos damos cuenta que lo más importante en una elección, cualquiera que sea, son los electores más que el candidato. En cualquier elección, incluso gremios, sindicatos, club privado, antes de lanzar las planchas, la primera discusión es quiénes tienen derecho a votar, y en elecciones de carácter político es el registro electoral, el padrón electoral, los quiénes tienen derecho a votar. Ahí empieza la lucha, quiénes son los que tienen que votar. Pero inmediatamente hay un segundo elemento, prepararse para defender el voto, que no implica solamente la reacción si el pueblo se lance a la calle, porque no sabemos cómo va a ocurrir. Esas son cosas sobrevenidas, pero hay cosas que sí podemos hacer.

-¿Cuáles cosas sí se pueden hacer?

-Por ejemplo, los testigos de las mesas hay que formarlos y prepararlos desde ahora; las elecciones que tenemos en puertas para el 2024 si es que no deciden adelantarlas, son las del Presidente de la República. El CNE abre 40 mil mesas electorales en el país para ese proceso. Bueno, si nosotros queremos tener aunque sea dos testigos en cada una de ellas, estamos hablando de 160 mil personas que deben ser entrenadas, localizadas, además de atendidas antes y durante el proceso electoral, para garantizar que no haya un fraude, un desconocimiento de la voluntad popular.

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