22 de noviembre de 2024 12:12 AM

Anastrozol, un fármaco preventivo para el cáncer de mama

El fármaco hormonal anastrozol es una de las opciones terapéuticas que se usan habitualmente para el cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas. Ahora, la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA), de Reino Unido, permite también su uso para prevenir este tumor en mujeres con riesgo.

La indicación se amplía a las mujeres posmenopáusicas con riesgo moderado o alto de desarrollar la enfermedad, que podrían ascender a unas 289.000 en Reino Unido, según estiman desde el Servicio Nacional de Salud británico (NHS).

«Este es el primer medicamento que se reutilizará a través de un nuevo programa líder en el mundo para ayudarnos a aprovechar todo el potencial de los medicamentos existentes en nuevos usos para salvar y mejorar más vidas en el NHS. Gracias a esta iniciativa, esperamos que un mayor acceso al anastrozol permita a más mujeres tomar medidas para reducir el riesgo si así lo desean, ayudándolas a vivir sin miedo al cáncer de mama», declara Amanda Pritchard, directora general del NHS, en un comunicado. «Es fantástico que esta opción vital para reducir el riesgo pueda ayudar ahora a miles de mujeres y sus familias a evitar la angustia de un diagnóstico de cáncer de mama».

El tratamiento profiláctico consiste en un comprimido de 1 mg, una vez al día durante 5 años. El anastrozol es un inhibidor de la aromatasa, que consigue, al bloquear esa enzima, reducir la cantidad de estrógeno producida por el organismo.

¿Hay efectos secundarios tras la toma del fármaco?

Los efectos secundarios más comunes del medicamento son sofocos, sensación de debilidad, dolor o rigidez en las articulaciones, artritis, erupción cutánea, náuseas, dolor de cabeza, osteoporosis y depresión.

La decisión de utilizar el fármaco como tratamiento preventivo, según expone la MHRA, se basa en la evidencia aportada por el estudio IBIS-II, un ensayo internacional, aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo, que mostró que las mujeres que recibían anastrazol desarrollaron menos tumores de mama que las del grupo con placebo.

Judith Balmaña, oncóloga médica de Vall d’Hebron, jefa del Grupo de Genética del Cáncer Hereditario de VHIO y miembro del grupo de investigación en cáncer SOLTI, valora a este medio la medida adoptada por cuanto «implica atender a las personas desde la salud, en el estado de salud, para reducir su riesgo de desarrollar una enfermedad».

La especialista apunta que se avanza así en un camino por el que poco a poco «hacemos estimaciones de riesgo cada vez más personalizadas, para las que luego se pueden aportar medidas reductoras de riesgo, sean o no farmacológicas». Si bien la oncóloga es partidaria por empezar por las no farmacológicas, pues siempre hay que sopesar los efectos secundarios de los medicamentos.

¿Cuál es el impacto de este fármaco?

Con todo, resalta que anastrozol -que junto al tamoxifeno cuenta en Reino Unido con esta indicación para prevenir el cáncer de mama- mostró en estudio clínico su efectividad para reducir a la mitad la probabilidad de desarrollar el tumor, una cifra nada baladí. «A partir de ahí es interesante iniciar esta conversación sobre las medidas que permiten realizar un cuidado de la salud desde la salud», reflexiona.

El estudio IBIS-II se publicó en 2019 en The Lancet, con Jack Cuzick, de la Universidad Queen Mary, de Londres, como principal autor. Los resultados entonces publicados se basaron en datos de 3.864 participantes en el estudio (1.920 recibieron anastrazol durante cinco años, y 1.944, placebo).

El modelo para adjudicar el nivel de riesgo del cáncer hormonal en las mujeres tuvo en cuenta factores como la historia familiar, la densidad mamaria, la obesidad, el consumo de alcohol y alguna lesión premaligna, entre otros.

El seguimiento se extendió durante un período de 12 años, con una mediana de 10,9 años. A los 12 años (siete después de suspender el tratamiento), se observó que la incidencia de cáncer de mama era un 49% menor en las que tomaron el fármaco que en las mujeres que recibieron un placebo.

Además, los investigadores expusieron también que no hubo efectos secundarios significativos a largo plazo en los años posteriores a la finalización del tratamiento con anastrozol, en especial un aumento de fracturas óseas o de enfermedades.

La adherencia durante los cinco años en que se tomaban los comprimidos fue del 77% en el grupo de placebo y del 74,6% en el grupo de anastrozol. Lo que sugiere que los efectos secundarios no fueron lo suficientemente graves como para disuadir de tomar el medicamento.

Con información de El Mundo.es

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