Todos aquellos que padecen ciática reconocen los síntomas fácilmente: como explica la Sociedad Española de Medicina Interna, el signo característico es un dolor que se origina en las vértebras lumbares y que irradia por el glúteo y detrás del muslo hasta el talón.
Lo que no es necesariamente tan sencillo es saber cómo calmar este síntoma, que puede llegar a resultar altamente molesto e incluso incapacitante. Afortunadamente, como explica la Universidad de Harvard, existen algunas técnicas que en muchos casos pueden reducir notablemente las molestias asociadas.
¿Por qué se produce la ciática?
La ciática es, en realidad, una irritación del nervio ciático. Este comienza en cada lado de la baja espalda y desciende por las piernas a lo largo de la nalga, la parte trasera del muslo y la parte inferior de la pierna.
Normalmente esta irritación parte de la médula espinal, as la que se unen las raíces del nervio ciático. La compresión de una de estas raíces, por ejemplo por un crecimiento anormal del hueso debido a la artritis o por una hernia discal (en la que se desplaza uno de los discos situados entre las vértebras) puede inflamar el nervio y enviar señales de dolor o entumecimiento.
La mayor parte de las veces no responde a una lesión grave, sino más bien a una irritación de carácter leve. En cualquier caso, se recomienda acudir al médico; especialmente si mostramos otros síntomas preocupantes, como cambios importantes en los hábitos de vientre o vejiga.
Ejercicios para aliviar la ciática
En primer lugar, deberíamos probar algunos cambios en el grado, el tipo y la intensidad de nuestra actividad física. Particularmente, la institución académica recomienda:
Mantenerse activo. Pese a la tentación de descansar en la cama, debemos tener en cuenta que en parte el dolor lumbar se relaciona con los músculos: aquellos que rodean las raíces nerviosas se tensan y tratan de proteger el área. El movimiento los suelta y ayuda a su correcto funcionamiento.
Modifica tus actividades. Realiza sólo aquellas que puedas tolerar adecuadamente.
Haz estiramientos. Mantén los músculos destensados con estiramientos suaves, siempre dentro de un nivel de dolor fácilmente tolerable.
Usa terapia de calor o frío. Aplicarnos frío o calor en la zona, o darnos un baño caliente puede ayudar a destensar los músculos y reducir la inflamación.
Relájate. La relajación puede ofrecer beneficios tanto en el abordaje del dolor agudo (puntual) como crónico (recurrente).
Fármacos y otras opciones
Cuando las medidas anteriores no surten efecto, es posible recurrir a algunos fármacos sin receta para aliviar el dolor propio de la ciática. Eso sí, estos deben emplearse siempre según las indicaciones, atendiendo por ejemplo a la dosis y a la frecuencia.
Algunos medicamentos útiles son los analgésicos sin receta, como los antiinflamatorios no esteroideos (por ejemplo el ibuprofeno) o el paracetamol. Otra opción es el uso de analgésicos tópicos, en forma de geles, cremas o parches.
Con información de 20minutos
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