Japón y Alemania reafirmaron hoy su voluntad de seguir aplicando sanciones a Rusia por su invasión a Ucrania y de mantener el apoyo a Kiev, en una cumbre celebrada entre el primer ministro nipón, Fumio Kishida, y el canciller alemán, Olaf Scholz.
La cumbre tuvo lugar en Tokio durante la visita oficial del canciller alemán, quien ha viajado a Japón acompañado por una amplia representación de su Gabinete que incluía a seis ministros, entre ellos los titulares de Finanzas, Relaciones Exteriores y Defensa.
Kishida destacó la voluntad compartida de «continuar cooperando para aplicar sanciones a Rusia y dando apoyo a Ucrania con vistas a que la invasión de Ucrania termine lo antes posible», durante una comparecencia conjunta ante los medios tras la reunión.
Añadió que ambos países «seguirán trabajando juntos para mantener y reforzar un orden internacional basado en las normas», ante la «encrucijada histórica» en la que se encuentra la comunidad internacional por la guerra de Ucrania.
Kishida también señaló que Japón «observará con interés» los desarrollos en la investigación de la Corte Penal Internacional (CPI), que en la víspera emitió una orden de detención contra el presidente de Rusia, Vladímir Putin, como «presunto responsable» de la deportación ilegal de niños ucranianos y su traslado de zonas ocupadas en Ucrania a Rusia, lo que supone un crimen de guerra.
Además de coordinar la respuesta a la situación Ucrania, otro de los principales temas en agenda de la reunión fue reforzar la cooperación en materia de defensa y en seguridad económica, con medidas concretas como proveer asistencia logística mutua entre las tropas de ambos países o la colaboración en el suministro de semiconductores.
Tanto Japón como Alemania están tratando de reducir su dependencia de las importaciones procedentes de China de materias primas y de componentes electrónicos, fundamentales para la industria de ambas potencias.
«La pandemia y la invasión de Ucrania nos han hecho darnos cuenta de que no debemos hacernos demasiado dependientes de un país específico, ya que nuestras principales industrias pueden verse muy afectadas», dijo Scholz en la comparecencia conjunta.
Tokio, además, ha puesto en marcha un plan para revitalizar su industria nacional de semiconductores, que incluye la creación de un consorcio de fabricación de chips de última generación compuesto por las principales empresas tecnológicas niponas y del motor, así como ampliar la cooperación con empresas de otros países.
Kishida y Scholz se comprometieron en el mismo sentido a fortalecer su colaboración para lograr un «Indopacífico libre y abierto», en alusión a la estrategia de Washington y Tokio para contener el auge geopolítico de China en la región.
En la reunión también se abordó la próxima cumbre del G7, prevista para finales de mayo en la ciudad nipona de Hiroshima, y la cooperación entre Berlín y la actual presidencia nipona de turno del grupo de los siete en relevo precisamente de Alemania.
Con información de AlbertoRodNews
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