El 8 de agosto de 2021 no sólo clausuraron los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 con un cuarto lugar para los países de la Celac (25 medallas de oro, 19 de plata y 69 de bronce). De las 113 medallas de Estados Unidos (39, 41 y 33) un significativo porcentaje se debió al aporte de atletas afrodescendientes. Cuba con una población de 11.333.483 habitantes superó a la potencia estadounidense con 0,61 medallas de oro per cápita. Estados Unidos, con una población de 328.461.000 habitantes, obtuvo 0,12 medallas de oro p/c.
Y cuando decimos que en ese día no sólo culminó la mayor cita deportiva mundial, nos referimos a las elecciones internas del Partido Socialista Unido de Venezuela que, contra todo pronóstico mediático se llevaron a cabo masivamente. Las y los militantes salieron desde muy temprano para escoger las candidatas y candidatos a las gobernaciones y alcaldías para las megaelecciones del 21 de noviembre de 2021. Desde esta tribuna celebramos el triunfo del pueblo psuvista y felicitamos a la gente del municipio Simón Planas del estado Lara que tradujo la consigna ¡Comuna o nada! en el triunfo de Ángel Prado, líder social de la Comuna El Maizal.
Tanto la derrota de algunos representantes del poder constituido como las “sorpresas”, deben llamarnos a la crítica. Sobre este concepto, Simón Rodríguez es un referente obligado. “Si la crítica no ataca los desbarros al nacer, toman consistencia—se extienden— ganan la masa del pueblo—los tolera la parte ilustrada—hallan indulgencia entre los sabios—y hasta el santuario de las leyes no paran”. Para este caraqueño inmortal, “el alma de la sociedad es la crítica”. Para él, “todo lo bueno que hay en sociedad se debe a la crítica, o mejor dicho, la sociedad existe por la crítica. Crítica es lo mismo que discernimiento. Criticar es juzgar con rectitud. Crisis es el caso o el momento de juzgar con acierto o el juicio decisivo. No se tome crítica por mordacidad, ni censura por detracción”.
Tenemos plena conciencia de que el Psuv es un partido que, aunque policlasista, es antiimperialista. Fue creado por Hugo Chávez como maquinaria electoral para concretar la utopía bolivariana. Sobre ésta dice Rodríguez: “el plan es grande, y al parecer, bien concebido. Para la realización se cuenta con la fuerza, si la seducción no basta. Sometamos el proyecto a la crítica— el siglo tiene su enfermedad (una sed insaciable de riqueza); pero también tiene su genio. Hay fuerzas en el sujeto, y éstas consisten en sus luces”.