El viernes 1° de octubre de 2021 partió a la eternidad uno de los más grandes intelectuales y pedagogos políticos rodrigueanos: William Izarra. Siempre fue bienvenido en los espacios académicos donde fui rector. En la Universidad Católica Santa Rosa y en la Universidad de la Gran Caracas (Unexca) socializó sus amplísimos conocimientos ideológicos. – Rector, debemos salirnos de Bretton Woods, esto implica migrar a un reordenamiento geopolítico y económico con China, Rusia, Corea del Norte, Vietnam, Argelia, Nicaragua, Bolivia y Cuba. Debemos fortalecer la Celac, el Alba/Tcp, Unasur, la Mnoal y el Foro de São Paulo como tribuna antiimperialista de los pueblos del mundo. Debemos salirnos de la lógica perversa de occidente, sus variables econométricas y sus indicadores no nos indican lo que necesitamos porque “crecimiento y desarrollo son elaboraciones capitalistas por lo que no pueden ser marco referencial ni explicar, medir o proyectar el socialismo. Hay que fundamentar con nuevas categorías a la teoría de la emancipación como la base de sustento del socialismo bolivariano durante el siglo XXI”.
Para este militar nacido en Maracay el 7 de mayo de 1947, la máxima bífida ¡Comuna o nada! es la toparquía y el inventar o errar de Simón Rodríguez porque la obra de este visionario caraqueño es el sustento del modelo político que delineó Bolívar en el discurso de Angostura, por tal razón es vital trabajar en el “modo de vida sustentado en la espiritualidad del ser humano basado en el bien común, la producción socialista y el poder comunitario empleando el método de la democracia directa a fin de autogestionar por medio del pueblo organizado la dirección de la sociedad y consolidar la emancipación plena del colectivo nacional”.
Para William Izarra, “lo que está en juego no sólo es el sistema político a establecer en Venezuela. Está en peligro la vida misma de quienes mantenemos posturas de rebeldía ante el imperio y de confrontación contra la derecha. Las amenazas del imperio y sus intentos por desestabilizar, bloquear y liquidar al Proceso, nos coloca en una posición de asumir su defensa con base en la difusión ideológica. Que se fortalezca la conciencia y se maneje con claridad y convicción todo el sustento de principios, postulados y elementos teóricos para hacer del revolucionario un ser inquebrantable”.
