22 de noviembre de 2024 5:04 AM

Alí Rojas Olaya: Batalla de Tapi: campaña del sur

El 28 de abril de 1822, el Escuadrón de Granaderos a Caballo de los Andes al mando de Juan Galo Lavalle, el Escuadrón de Dragones de Colombia, los Escuadrones de Cazadores montados de Paita y los Cazadores montados de Trujillo al mando de Antonio Sánchez, todos de la Caballería del Ejército Libertador de Colombia, salieron de Riobamba, hacia el norte, tras los españoles que se dirigían a Quito. ¿Por qué emprendían este destino? Porque en la mañana del 21 de abril de 1822, las fuerzas realistas ocupaban sitios estratégicos para defender Tapi, pero la desprotección del Paso de Pantus, en la colina denominada Loma de Quito, causó la retirada hacia Riobamba de los soldados realistas debido a un encuentro inesperado con la caballería del ejército libertador que proclamó la victoria final en las llanuras de Tapi.

El general cumanés Antonio José de Sucre cambió de estrategia luego de la segunda batalla de Huachi del 12 de septiembre de 1821, para liberar a Quito. Inició su campaña desde el sur de Guayaquil en Machala, a donde había transportado por mar a su ejército desde fines de enero de ese año. Luego de reorganizar sus fuerzas, marchó hacia Cuenca el 21 de febrero, y al no encontrar a los realistas en esa ciudad siguió con su ejército la marcha y su caballería los alcanzó el 21 de abril en Tapi, cerca de Riobamba.

Este triunfo se debió a una orden dada por Sucre que dispuso al coronel Diego Ibarra mover sus fuerzas por el lado derecho de los españoles de tal forma que ellos vean la acción, a la vez que ordenó a Juan Galo Lavalle atravesar la villa y sorprender por la retaguardia a los ibéricos. La victoria en Tapi fue concluyente, motivada por una carga de caballería audaz que dejó a los realistas diezmados y abrió la puerta a la batalla del Pichincha.

El ejército vencedor ocupó Riobamba el 22 y permaneció hasta el 28 de abril de 1822, cuando las tropas libertarias salieron de la ciudad hacia el norte, tras los españoles que se dirigían a la ciudad de Quito. Este combate dejó en el campo 52 muertos, incluso 3 oficiales y más de 40 heridos entre los españoles y no más de 5 entre granaderos y dragones. Con esta acción la caballería realista quedó anulada. El comandante Sucre destacó en su parte de batalla la “intrepidez de la que habrá raros ejemplos”, del mayor Lavalle y su escuadrón.

Por este triunfo, Simón Bolívar condecoró a Lavalle y a sus soldados con el título de Granaderos de Riobamba.

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