El 15 de febrero de 1819, Simón Bolívar le dice desde Angostura a los constituyentistas de 1811 que nuestro código no puede ser el de Washington. En este discurso nos dice: “la educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del congreso. Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades”. Bolívar lucha contra la moral y las luces que sustentan una economía esclavista. Bolívar nos dice: “he pretendido excitar la prosperidad nacional por las dos más grandes palancas de la industria: el trabajo y el saber. Estimulando estos dos poderosos resortes de la sociedad, se alcanza lo más difícil entre los hombres, hacerlos honrados y felices”.
zuela y el 8 de septiembre del mismo año la Misión Sucre, como alternativas a la educación otrora monárquica y monástica, hogaño neoliberal. Las raíces de ambas instituciones son Bolívar y Rodríguez, no el postmodernismo como una moda más de la basura epistémica que nos mandan angloamericanos y europeos desde los centros de poder. Desde esta tribuna antiimperialista felicitamos a la rectora de la UBV, Sandra Oblitas, y a todas las personas que han hecho y hacen militancia académica y academia militante en sus espacios para la formación emancipadora.