Carlos Alcaraz recoge los bártulos de la Villa Olímpica, convertido en el hogar del equipo español de tenis durante diez días y que poco a poco, se ha reducido con la paulatina marcha de jugadores eliminados de la competición para retomar la temporada en curso.
Alcaraz ya asimila la realidad del valor del logro en París 2024. Con el paso de las horas, el murciano, imparable en su trayectoria, devorador de registros por su precocidad, se hace ya una idea de lo que ha conseguido en unos Juegos Olímpicos. Tras la frustración por una derrota en un escenario del que salió triunfador hace unas semanas el español de 21 años recupera la sonrisa que traza habitualmente su rostro. Su seña de identidad. La que delata a un chico que disfruta más que padece con lo que hace. Y que hace disfrutar a los demás.
«Después de perder y tras las entrevistas y la ceremonia me he empezado a dar cuenta de lo que había ganado. Cuando he tenido la medalla colgada pensé que ese momento había que disfrutarlo; he hecho un muy buen torneo. Una medalla olímpica es muy complicada de ganar y hay que valorarlo. El equipo también me lo ha dicho. Que hay muchas olimpiadas aún y muchos jugadores que no tienen medalla y son grandes del deporte y hay que valorar este momento; y una vez en el podio y me han colgado la medalla he pensado que hay que estar muy orgulloso por esto», afirmó.
El tenista murciano no pudo evitar las lágrimas a pie de pista justo al terminar el partido. No es habitual ver al jugador español romperse como le ocurrió en la pista Philippe Chatrier.
«Esa tristeza al final era porque tenía muchas ganas de llevar el oro a españa. llegué a pensar que les había defraudado o no estaba al nivel que esperaban por eso ese derrumbe emocional que me ha costado unas lágrimas», admitió.
Carlos Alcaraz no tiene pausa. Solo el mejor jugador de todos los tiempos, incuestionable por las cifras, por su historial, ha podido frenar el impulso que ha logrado el tenista español en este tramo del curso, con los éxitos en Roland Garros y Wimbledon que elevan a cuatro sus trofeos de Grand Slam. Solo han pasado unas semanas desde que dejó en evidencia a Novak Djokovic en Londres.
«Son condiciones distintas, superficies distintas que hace semanas. Además no es lo mismo jugar por ti que por tu país. Es un cúmulo de cosas diferentes a las que había en Wimbledon, en Londres y yo salgo contento, con la cabeza alta. Luché hasta el final. Busqué soluciones. Y es verdad que en esos momentos clave no aproveché las ocasiones que tuve y Novak ha jugado a un nivel muy muy alto. En los ‘tie breaks’, cuando tenía bolas en contra. Aumentó el nivel y yo no. Fue más certero en ciertos momentos. Pero estoy contento de cómo he jugado y ahora toca aprender para los siguientes eventos», aseguró.
El serbio se llevó el éxito. Demostró que la insistencia tiene premio. Ha necesitado el ganador de veinticuatro Grand Slam cinco presencias olímpicas para lograr una medalla de oro. Alcaraz la rozó a la primera.
«No he hablado con él. No intercambiamos más palabras que las de la red cuando me dijo que ganaría la medalla de oro algún día. Pero ese era su momento, la medalla de oro que se la merece y al final con su equipo y su familia estaba celebrándolo y luego le he dado la enhorabuena. Se nota que estaba disfrutando», dijo.
Carlos Alcaraz tuvo su gran ocasión en el noveno juego del primer set cuando tuvo cinco puntos de rotura que le hubieran puesto de cara el triunfo en esa manga. No lo aprovechó y la resolución quedó en manos del ‘tie break’ y allí, perdió. No lo olvida.
«En los momentos tensos ha mostrado su mejor juego. Ha jugado con muchos primeros saques, agresivo. No ha dudado. Yo he dudado en momentos clave. Cinco puntos de break y 4-4 para ponerme 5-4 y saque… si yo hubiera ganado ese set igual hubiera cambiado al final porque me sentía bien. Pero hay que mejorar ahora y aprender de este tipo de situaciones», explicó.
Alcaraz notó el impacto del drama que vivió Carolina Marín. La onubense se lesionó en el tramo final de su partido de semifinales. Faltaban pocas horas para que el murciano iniciara su encuentro ante Djokovic.
«Estaba viendo el partido de Carolina antes de ir a calentar. En el teléfono, mientras estaba con el fisio y calentando en el gimnasio y estaba disfrutando muchísimo del nivel que demostraba. La veía muy superior y me ha dejado con un mal cuerpo enorme. Son momentos muy complicados. Nadie quiere lesionarse, tenía la final en la mano, a un gran nivel. Y es una pena. Yo he estado lesionado en momentos cuando estás bien y cuesta manejar la situación pero siempre me digo que no hay mal que por bien no venga. Que se recupere lo antes posible. Que se tome la situación de la mejor manera, dentro de lo difícil que es y le mando todo mi apoyo y ojalá disfrutemos de Carolina muy pronto», manifestó.
Alcaraz emprende el viaje de vuelta a España. Descanso. Se bajó del Masters 1000 de Montreal, que comienza esta semana. Volverá para el de Cincinnati, donde iniciará la gira americana con el Abierto de Estados Unidos que ya ganó, en el 2022, como el reto de final de un curso inolvidable.
Cierra la puerta de los Juegos, su primera cita olímpica, donde ha cumplido con su condición de medalla segura y donde disfrutó de la compañía en la cancha y la experiencia de Rafael Nadal.
«No he hablado con Rafa. He visto la felicitación en redes sociales y son palabras muy bonitas y emotivas para mi. Personalmente no hemos podido hablar yo entre unas cosas y otras no he tenido mucho tiempo pero seguro que hablaré con él pronto», añadió.
Con información de EFE
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