Ezeiza es el nombre del aeropuerto que sirve a la ciudad de Buenos Aires, enclavado al sur del llamado “conurbano” de la capital Argentina, que se ha hecho famoso en Venezuela en las últimas semanas porque fue ahí en ese aeropuerto donde ha sido retenido sin causa ni justificación legal alguna un avión venezolano que sirve a las labores de transporte comercial de carga.
Como sucede con casi todas las líneas aéreas del mundo (que en su mayoría rentan su aviones a aerolíneas extranjeras) muchos de los que opera la línea aérea venezolana Conviasa son de origen extranjero, en este caso un Boeing 747-300 de fabricación norteamericana, pero cuya propietaria es una empresa privada iraní, por lo cual no es de extrañar la alianza comercial Venezuela Irán en la operación de dicha aeronave.
Una alianza que genera un comprensible pero injustificado revuelo en un país como Argentina, donde la paranoia con el tema del terrorismo (asociado siempre a los países que la mediática occidental presenta como “el eje del mal”) es ciertamente una enfermedad que transversaliza a esa sociedad, pero particularmente a los sectores de mente frágil a los que está acostumbrada la derecha mediática y política argentina a manipular a su antojo mediante la creación de matrices sensacionalistas de todo tipo que constituyen el día a día de la noticia en ese país.
Usando como excusa ese tema del terrorismo, el avión de Conviasa es retenido por las autoridades de Ezeiza, sin presentar evidencia alguna de estar incurso en actividades ilegales de ningún tipo, lo que desata alertas injustificadas y completamente absurdas en Chile, Paraguay y el propio Uruguay (donde inicialmente se le había negado el sobrevuelo a la aeronave impidiéndole recargar combustible en Montevideo) en donde ahora son prohibidos los arribos de cualquier avión de esa empresa.
Hace fiesta la derecha del sur con este relanzamiento del fracasado y extinto Grupo de Lima, usando ahora, mediante una gigantesca operación de lawfare, los aeropuertos del continente para tratar de cercar a Venezuela y hacerle así el favor que necesita el imperio norteamericano en su guerra contra nuestro país.
Nace pues así el “Grupo de Ezeiza”, otro vergonzoso y fútil intento de acabar con la Revolución bolivariana.