El embarazo de adolescentes sigue marcando la realidad de Venezuela. Desde 2018 ha aumentado el número de jovencitas embarazadas, figurando en el sexto lugar con 62 casos por cada mil nacimientos y subiendo el registro a 95 entre 15 a 19 años de edad, luego de los 103 que tuvo Honduras y 111 de Ecuador. Una data recordada por el Observatorio Social Humanitario de los estudios del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNV), que desprende la falta de orientación del hogar, fallas en políticas de planificación familiar del Estado y por la descomposición social que olvida la responsabilidad que implica el ejercer la sexualidad sin riesgos de infecciones ni de hijos no deseados, reseña La Prensa de Lara.
Por: El Espectador de Caracas con información de LA PRENSA de Lara
Toman de contexto que hasta 2014 se conocía de un caso por cada mil nacimientos, pero luego empieza la ausencia de los boletines epidemiológicos y se perdió el seguimiento de esa data oficial. Todo bajo ese cóctel de causas que empiezan desde ausencia de información sexual, el desconocimiento aún con exceso de información en las redes sociales o allegados, dificultad o negación a los métodos anticonceptivos, barreras culturales cargadas de tabúes y/o estigmas, además de las deficiencias en la legislación que puede asumir desde los derechos sexuales y omitir los deberes de una vida activa, pero responsable a temprana edad.
El mayor peso recae en las niñas por las creencias, desde pequeñas escuchan que lo más importante es ser madre. A causa de esto, Mercedes Muñoz, presidenta de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa), identifica entre las principales raíces de la emergencia humanitaria con la deuda gubernamental a falta de planes y políticas permanentes. Al punto que se han tenido comentarios del primer mandatario nacional en 2020, que despertaron fuertes críticas, ante el llamado de las mujeres a parir hasta 6 hijos.
Para Nelmary Díaz, especialista en salud sexual de la Asociación Civil de Planificación Familiar (Plafam), la pandemia por covid-19 también afectó los servicios de planificación familiar ofrecidos en los hospitales, donde ese índice de escasez de anticonceptivos era de 62,6% reflejado por Convite.
Todo ante la necesidad de romper esa barrera cultural de la educación sexual negativa, cargada de estigmas. Se entiende que es inevitable la iniciación de la sexualidad, pero debe ser tratada como un tema de confianza entre padres, a fin de aclarar las dudas y evitar que la curiosidad en esta etapa de la vida se revista de rebeldía condimentada con desenfreno y deseo.