La Epifanía, o “manifestación divina en lo humano”, es una celebración cuya data se pierde en el tiempo, y forma parte esencial de la cultura religiosa de unas cuantas decenas de millones de seres en el planeta. El día de los Santos Reyes Magos, anclado en el calendario católico cada 6 de enero, nos marca profundamente, y está sembrado en cada uno de nosotros como expresión de inmensa alegría y también del asombro frente a unos seres, ya mitológicos, que según la tradición cristiana llegaron a Belén a postrarse ante el niño Jesús como Rey y Salvador, guiados por una estrella, para ofrendarle oro, incienso y mirra en reconocimiento a su divinidad. Todo este “misterio”, que nos lleva desde niños a esperar este día con expectativa y gozo, con los zapatos puestos al pie del belén o nacimiento, para recibir el anhelado regalo, es parte sustantiva de nuestra cosmovisión, que nace ya desde la más tierna infancia y se consolida con el pasar de los años, al poder corroborar, que todo va más allá de la mera tradición, y que tiene un “sustento” en el amplio espectro de piezas artísticas y documentos, que buscan acercarse al hecho con mirada de fe, aunque incisiva y crítica también.
En este sentido, termino de leer un libro titulado Los que siguieron la estrella de Belén. Un estudio sobre las tradiciones en torno a los Santos Reyes Magos (Arquidiócesis de Mérida, Archivo Arquidiocesano de Mérida, Serie: Estudios, 29, Editorial El Archivo, 2023), del colega académico, profesor universitario y amigo, doctor Ricardo Rafael Contreras, quien tuvo la gentileza de obsequiármelo. En cuanto al aspecto formal, creo mi deber afirmar que se trata de una hermosa edición de casi un centenar de páginas, que combina la prosa segura y erudita del colega, con imágenes que, no solo complementan al texto, sino que lo afirman, ya que buscan movernos en lo intelectual y artístico en torno de la temática tratada.
Este libro, que no dudo en calificar como una pequeña joya, viene a cerrar su tetralogía (que me dispongo a leer entera) con títulos tan sugerentes como: El humo sagrado. Un estudio sobre origen, historia, función litúrgica y propiedades químicas y medicinales del incienso (Arquidiócesis de Mérida, Archivo Arquidiocesano de Mérida, Serie: Estudios, 8, 2009), Mirra la sagrada esencia. Un estudio sobre origen, historia, función litúrgica y propiedades químicas y medicinales de la mirra (Arquidiócesis de Mérida, Archivo Arquidiocesano de Mérida, Serie: Estudios, 13, 2011) y Oro el metal sagrado. Un estudio sobre origen, función litúrgica y propiedades químicas y medicinales del oro (Arquidiócesis de Mérida, Archivo Arquidiocesano de Mérida, Serie: Estudios, 15, 2012).
El nuevo libro de Ricardo R. Contreras tiene un Prólogo del Cardenal Baltazar Porras, y una Presentación suya, en la que nos muestra, grosso modo, las líneas maestras de su obra, sobre la base de diversas interrogantes (que traen aparejadas consigo una serie de hipótesis, que buscan con denodado empeño afirmar o negar): “¿eran reyes o eran magos?, ¿cuántos eran?, ¿de dónde venían?, ¿por qué ofrecieron oro, incienso y mirra?, ¿qué sucedió con ellos luego de adorar al Niño Dios?, y, ¿qué tipo de fenómeno astronómico era la estrella de Belén?”
El libro en lo particular me fascinó, no sólo por la temática que luce acendrada en mi inconsciente como cristiano, y por su prosa ensayística que fluye a buen ritmo, sino por el tratamiento que hace mi colega de las distintas variables con las que se topa, en las que se cuela su profunda fe, transijo, pero al mismo tiempo su formación y praxis como investigador, que ahonda, que no se contenta con lo dicho y repetido por la usanza y la tradición, sino que va a distintas fuentes y las coteja, y busca desentrañar en lo aparentemente obvio denodadas certezas (o laberintos), pero siempre bajo el método científico. Este equilibro entre estas dos caras contrapuestas, le da un plus a la obra, porque no se detiene en lo ya conocido y aceptado, como queda dicho, sino que se adentra en disímiles territorios: en los que muchas veces no hay acuerdos, sino inmensos hiatos y claroscuros.
En lo particular, disfruté de todo el amplio espectro de visiones y versiones que en torno de los Reyes Magos se han tejido a lo largo de los siglos, y yo, que no soy un estudioso del tema, nunca me había planteado la posibilidad de que el color de la piel y, por ende, la procedencia de Melchor, Gaspar y Baltazar, fueran también objeto de discusión y reticencias por parte de los estudiosos, y que hasta hoy hayan marcadas diferencias según la tradición y los referentes que nos llegan de siglos. Cada una de las hipótesis planteadas por el autor, no sólo sobre los personajes, sino con respecto a la estrella de Belén, que califica como “fenómeno cósmico mucho más complejo”, se abren ante nosotros como cajas de sorpresas, pero al mismo tiempo como imágenes literarias de inusitada belleza, que intentan la conjunción de lo sabido desde la tradición y lo avizorado desde la mirada científica, de quien desea poner las cosas más o menos en su sitio.
Y digo “más o menos”, no por suspicacias de mi parte, sino porque el propio autor de este espléndido libro reconoce, que la mirada sobre este tema es diversa y múltiple, y que entre más se hurga, más interrogantes e hipótesis afloran como un auténtico manantial.
rigilo99@gmail.com
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