El Senado de Brasil aprobó este miércoles la candidatura del abogado Cristiano Zanin para ocupar una plaza en la Corte Suprema, en medio de críticas por su estrecha relación con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, a quien defendió en la Justicia en causas por corrupción hoy archivadas.
El pleno de la Cámara Alta respaldó, por una amplia mayoría de 58 votos a favor y 18 en contra, el nombre de Zanin. A él lo propuso el propio Lula por imperativo constitucional para ser uno de los once magistrados de la máxima instancia judicial del país.
Zanin, de 47 años de edad, se especializa en litigios empresariales y criminales. Podrá ejercer como juez del Supremo durante casi treinta años, hasta cumplir los 75.
A los senadores, incluso a varios aliados del ultraderechista Jair Bolsonaro que votaron a favor, les convenció su perfil garantista, su compromiso con la Constitución y su apuesta por fortalecer la armonía entre los poderes.
Antes de la deliberación en el pleno, Zanin compareció durante ocho horas en la Comisión de Constitución y Justicia del Senado, que igualmente le declaró apto de forma holgada (21-5).
«No voy a cambiar de lado, siempre fue el mismo, el de la Constitución, las garantías y el amplio derecho de defensa en el debido proceso legal. Lo otro es barbarie y abuso de poder», expuso en su discurso.
Abogado y amigo de Lula
Zanin ganó notoriedad nacional e internacional desde que defendió a Lula en los múltiples procesos de corrupción relacionados con la Operación Lava Jato, que también investigó a un nutrido número de parlamentarios.
En 2021, un habeas corpus de su autoría provocó que el Supremo anulara las condenas impuestas al líder progresista. Ese fallo, clave en la historia reciente de Brasil, le permitió presentarse a las elecciones de 2022, en las que derrotó a Bolsonaro.
Su larga y estrecha convivencia con el actual jefe de Estado fue una de las objeciones planteadas por senadores de la oposición.
Para disipar cualquier sospecha, Zanin garantizó que actuará con independencia e imparcialidad, como hizo, según subrayó, en sus casi 25 años de carrera en la abogacía, la mayoría en el sector privado.
«Pero jamás voy a negar mi relación con Lula, al contrario, estoy agradecido al presidente por haber propuesto mi nombre al Supremo», señaló al responder una pregunta del senador Sérgio Moro, quien en su etapa como juez condenó y encarceló a Lula.
El cara a cara entre Zanin y Moro fue uno de los momentos más esperados de la sesión, después de que ambos se enfrentaran en los juzgados durante los procesos de la Lava Jato.
El abogado de Lula, de hecho, no dejó pasar la oportunidad de recordar que su antiguo cliente fue absuelto en diversas instancias, en razón, dijo, de una falla estructural de competencias y por la ausencia de un juez imparcial, en alusión a Moro.
Moro alertó después en el pleno de que alguien tan próximo al presidente es un riesgo para la independencia del Supremo.
Drogas, aborto e indígenas
Aun así, el interrogatorio en la comisión del Senado transitó en un clima respetuoso hasta el punto del senador Flávio Bolsonaro, hijo del líder ultraderechista, elogiar su perfil garantista.
Zanin también fue cuestionado diversas veces por temas que polarizan el país, como el derecho al aborto, el combate a las drogas, el matrimonio homosexual o el reconocimiento de nuevas tierras indígenas, aunque pasó de puntillas por todos ellos.
Indicó que las drogas son un mal que necesita ser combatido. Aunque al mismo tiempo apoyó las iniciativas legislativas que buscan reducir el alarmante número de presos por tenencia de pequeñas cantidades de sustancias ilícitas.
También enalteció el derecho a la vida, pero destacó que hay una normativa consolidada para la interrupción voluntaria del embarazo.
«El Supremo no tiene el papel de legislar», aseveró.
Asimismo, indicó que pondrá todo su empeño en conciliar, de la mejor manera posible, los conflictos entre las demandas para ampliar las tierras indígenas y los intereses de los propietarios privados.
Zanin fue postulado por Lula para ocupar la plaza del jubilado Ricardo Lewandowski. El mandatario aún tendrá que elegir este año a un segundo candidato para el Supremo para sustituir a Rosa Weber, que también dejará la corte cuando cumpla 75 años.
Para entonces solo quedará una mujer entre los once magistrados de la corte.
Con información de EFE
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