22 de noviembre de 2024 9:03 AM

Miguel Truzman Tamsot: A un mes del horror

Un conflicto bélico siempre es una tragedia para los países envueltos, para sus ciudadanos que se ven arrastrados a él y en definitiva para la humanidad toda, muchas veces se produce por ideas megalómanas o ideologías radicales de los líderes.

El próximo febrero entraremos en el segundo año de la invasión Rusa a Ucrania que ha dejado a este último país arrasado, se han perdido miles de vidas entre ambos bandos y ya suman cientos de miles de desplazados y estamos hablando de un conflicto entre dos ejércitos, como es lo habitual en una guerra.

Ahora imagínense luchar contra un grupo terrorista radical islámico, en donde la muerte es su principal valor, morir como un shahid, un mártir, ser un héroe, esa es la inducción que desde la infancia le enseñan a los jóvenes en Palestina y otros países de la región, aunado a los recursos económicos que le ofrecen a la familia del suicida.

Después del terrible episodio del 07 de octubre, inenarrable por lo sanguinario de la matanza de más de 1.400 personas de 47 diferentes nacionalidades, 300 de ellas jóvenes que disfrutaban de una fiesta por la paz y que los cuerpos de los asesinados hayan sido doblemente vejados al ser saqueados por una turba de Gazaties, para arrancarles los objetos de valor que portaban como zapatos, relojes, ropa, etc., demuestra una vez más, la escala de valores en la que se desenvuelven.

El movimiento terrorista Hamás recibe al año billones de dólares de países como Qatar o Irán, así como de organizaciones islámicas o de izquierda europea, que usan casi en su totalidad para desarrollar infraestructuras subterráneas, por donde transitan los terroristas libremente por debajo de Gaza, contrabandeando todo tipo de mercancías, combustibles, drogas y sobre todo armas, municiones, cohetes de diferentes alcances.

Estos túneles de la muerte alcanza una extensión de 500 kmts, atraviesan toda la Franja de Gaza y tienen sus centros de control (el principal debajo del Hospital de Shifa), debajo de Centros de salud, escuelas y edificios residenciales, en donde disparan sus depositar armas y municiones, disparando sus misiles hacia Israel, en forma indiscriminada, con el objetivo claro de causar el mayor daño posible a su población civil.

Israel tiene décadas que construye un cuarto seguro en cada apartamento, que tiene refugios en sótanos de resguardo que alberga a los ciudadanos que al toque de la sirena, tienen escasos segundos para ocuparlos, así también posee la Cúpula de Hierro “Iron Dome” que intercepta en su gran mayoría los misiles o cohetes lanzados.

Entonces parecen inverosímiles e hipócritas las protestas de los supuestos “defensores” de los derechos humanos, cuando hablan del genocidio palestino, cuya población se ha multiplicado en la última década y no comentan para nada la situación diaria y criminal que enfrentan los civiles Israelíes desde hace décadas.

También parece evidente al que lo quiera ver en forma objetiva, que bando protege a sus ciudadanos, mientras que Israel utiliza todos sus recursos en cuartos de seguridad, sótanos, refugios antiaéreos, la cúpula de hierro, el Hamás utiliza sus recursos para adquisición de material bélico, a los Palestinos como escudos humanos, violando así doblemente la Ley Internacional, en primer lugar al atacar a los civiles israelíes en forma indiscriminada y en segundo lugar, al usar las escuelas, hospitales y edificios residenciales como infraestructura militar haciéndolos objetivos bélicos legítimos según los Acuerdo de Ginebra y la Carta de las Naciones Unidas.

En definitiva, Israel asumió un costo inmenso por la pérdida de hasta ahora casi 1.800 personas desde el 07/10, por lo que no solo tiene el derecho legítimo a la defensa sino el deber moral y ético de acabar con la cúpula terrorista de Hamás, con su infraestructura del terror, para allanar en un futuro próximo la tan ansiada tranquilidad en el sur de Israel.

Igualmente deberá como lo ha venido haciendo prestar atención al frente norte con el Líbano y a los ataques de los hutíes desde Yemen.

No debe ser fácil vivir así ante tantas amenazas, externas e internas, pero esa ha sido la historia del pueblo judío desde el monte Sinaí hasta hoy.

Israel estimados lectores, prevalecerá y será el muro de contención de la ola yihadista que no solo quiere acabar con Israel sino con occidente y sus valores judeo cristianos, pero no pasaran, venceremos.

@migueltruzman
@miguel_truzman_tamsot
miguelt585@gmail.com

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