¿A qué hora hacer ejercicio? Para la mayoría de las personas, la respuesta depende de la familia y las horas de trabajo. Pero durante la última década, varios estudios han demostrado que esta pregunta depende de mucho más que estos límites. La evidencia científica más reciente sugiere que la efectividad del ejercicio depende de la hora del día.
Por: Espectador de Caracas con información de InfoSalus
Ahora, un ensayo controlado aleatorizado no solo confirma de manera convincente que la hora del día afecta la efectividad del ejercicio, sino que también muestra que estos efectos difieren entre los tipos de ejercicio y entre mujeres y hombres.
“Hemos demostrado por primera vez que en las mujeres, el ejercicio matutino reduce la grasa abdominal y la presión arterial, mientras que el ejercicio vespertino aumenta la fuerza, la potencia y la resistencia de los músculos de la parte superior del cuerpo y mejora el estado de ánimo general y la saciedad nutricional”, dice Paul J Arciero, líder investigador del estudio y profesor del Departamento de Ciencias de la Salud y Fisiología Humana del Skidmore College en Saratoga Springs, Nueva York, EE. UU.
Por su parte, en el caso de los hombres, el ejercicio vespertino “reduce la presión arterial, el riesgo de enfermedades cardíacas y la sensación de cansancio, y quema más grasa, en comparación con el ejercicio matutino”.
En su trabajo, publicado en la revista científica “Frontiers in Physiology”, los autores reclutaron a 30 mujeres y 26 hombres para participar. Todos tenían entre 25 y 55 años, gozaban de buena salud, eran muy activos, no fumadores y de peso normal. Fueron entrenados por entrenadores durante 12 semanas, siguiendo un programa desarrollado previamente por los investigadores.
Este ejercicio se veía así: dependiendo del día de la semana, 60 minutos de entrenamiento de resistencia, entrenamiento de intervalos de velocidad, estiramiento o entrenamiento de resistencia. Los miércoles, sábados y domingos eran festivos. Los participantes siguieron un plan de comidas especialmente diseñado con una ingesta de proteínas de entre 1,1 y 1,8 g por kg de peso corporal por día.
Los asignados al ejercicio matutino desayunaban después del ejercicio y tenían tres comidas más con cuatro horas de diferencia. Los asignados al ejercicio vespertino comían tres comidas con cuatro horas de diferencia antes del entrenamiento, más una después.
Al comienzo y al final de la prueba, se evaluaron de manera exhaustiva la potencia aeróbica, la resistencia muscular, la flexibilidad, el equilibrio, la fuerza y potencia de la parte superior e inferior del cuerpo y la capacidad de salto de los participantes. Solo el 16% de los 56 participantes inscritos abandonaron el estudio durante las 12 semanas, únicamente porque no pudieron seguir el programa de nutrición y ejercicio.