La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en su informe anual “Perspectiva Mundial del Petróleo 2020”, pronosticó que la demanda de crudo del planeta llegará a los 109,3 millones de barriles diarios (mbd) en 2040.
Esa cifra es 1 mbd inferior a la estimada hace un año para 2040. “Es probable que la demanda futura se mantenga por debajo de las proyecciones pasadas debido a los efectos persistentes de los cierres relacionados con la COVID-19 y su impacto en la economía global y en el comportamiento del consumidor”, expone el documento.
Según esos cálculos, en los próximos veinte años la demanda aumentará un 9,6 % -casi 10 mbd- respecto a 2019 (99,7 mbd), un incremento que equivale al gigantesco recorte de la producción que la OPEP+ (la OPEP y sus aliados, entre ellos Rusia) puso en marcha en mayo pasado para afrontar el desplome del precio del barril por la pandemia.
Estas estimaciones de la OPEP contradicen el pensamiento de algunos analistas que creen que el mundo puede haber alcanzado su «pico del petróleo» durante la crisis actual y el consumo ha caído.
Los analistas del grupo petrolero basan sus cálculos en la hipótesis de un retorno al crecimiento tras la pandemia y la recuperación de los sectores más afectados por la aviación, el transporte y la industria.
Por lo tanto, aunque la OPEP cree que la pandemia tendrá un impacto negativo a largo plazo, estas cifras están llenas de incertidumbre por las dudas sobre el futuro.
La pandemia y su impacto acelerado en la transición hacia energías renovables ha llevado a la OPEP reduzca su pronóstico a largo plazo para el consumo mundial de petróleo, este jueves en medio de la incertidumbre.