La decisión de la OPEP de recortar la producción de petróleo en 2 millones de barriles, que es la más importante en los últimos 10 años, fue “a la luz de la incertidumbre que rodea las perspectivas económicas globales y el mercado del petróleo».
De alguna manera, la medida tomó por sorpresa a Estados Unidos, que estaba convencido de que su presión y chantaje, a la vieja usanza, detendría la decisión. No toma en cuenta los nuevos tiempos y las complejas condiciones en las que se maneja el mundo actual, donde lo único importante es un “sálvese el que pueda”.
Aunque su secretario general, Haitham al-Ghais, explicó que «no estamos poniendo en peligro los mercados energéticos. Estamos proporcionando seguridad y estabilidad a los mercados energéticos», sí envió un mensaje entre líneas: «Todo tiene un precio. La seguridad energética también tiene un precio». Y ahora la pregunta es si esto no fue un pase de factura al propio Big Brother, puesto que su política presionó los precios de 120 dólares el barril, a 80 dólares el barril, bajo la excusa de la recesión económica en junio pasado. El anuncio de la OPEP, elevó de inmediato el precio del crudo Brent y el WTI en un 1%, y los analistas esperan que a la llegada del invierno sea mayor.
Además de calificarla de una decisión miope, el zamuro de la Casa Blanca, está consultando al Congreso de ese país las «herramientas y autoridades adicionales para reducir el control que tiene la OPEP sobre los precios de la energía». Pero, además, también explora las posibilidades de sancionar jurídicamente a los países miembros por tal decisión. Una cosa parecida a lo que intentaron hacer una semana atrás, cuando le pusieron un precio tope al petróleo ruso.
Y más allá de los conflictos petroleros, por los precios y el mercado, está claro que la desesperación, que ya existe, se acercará más aún, cuando el invierno toque en las puertas de las casas de los ciudadanos europeos, quienes están desenterrando cualquier cosa que puedan para enfrentarse al frío, que algunos especialistas aseguran será uno de los peores en los últimos 50 años. Comienzan a arrancar patios y jardines para reunir leña suficiente que saben necesitarán de finales de noviembre hacia adelante.
La medida de la OPEP -que en mi opinión es correcta- solo acelera la crisis en Europa, y más el conflicto en Ucrania, porque todos sabemos que las guerras se mueven con combustible.
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